domingo, 18 de diciembre de 2011

Crear Magia!!!

A solo horas de mi prueba final de taller de pastelería. Tranquila–nerviosa. ¿Tranquila? Ok, dejémoslo en nerviosa! Y es que son tantas cosas a preparar en tan poquito tiempo…!!!

El jueves pasado di la última de taller de cocina; salí espantosamente impregnada a reineta pero feliz!!! Noten la sutileza del vocabulario “Impregnada”… Ja ja ja! Yo A-PES-TA-BA! Así, tal cual. Si la gente no se alejó de mi en el metro fue porque no tenían espacio al cual huir! (acá iría una carcajada de villana planeando una buena maldad ante la mirada asustadiza de sus víctimas)
Además, aun no manejo bien la técnica de filetear un pescado (Gracias Manuel por ayudarme en la prueba porque no lograba arrancarle las espinas superiores ni inferiores!!!), mis vegetales torneados – Tornear: con el cuchillo les das formas a los vegetales de modo tal que se mejore su presentación o adornen un plato- hay que mirarlos, definitivamente, con mucho cariño y creatividad para adivinar qué son pero, aun así, después del jueves, puedo decir que fue prueba superada con creces. Supongo que la práctica hace al maestro, ¿no? – Aunque, para ser honesta, tendría que tornear papas, zanahorias y nabos todo el verano para conseguirlo!!!


Ahora como arándanos congelados (me encanta comerlos recién sacados del freezer. Parecen micro helados de agua en bolitas!!!) y pienso en cuadrar todo lo que tengo que hacer mañana en dos horas para mi prueba. En paralelo, busco nuevas ideas para el relleno de pavo de navidad y pienso en los postres… Algo rico y sorprendente para esperar las 12 de la noche y abrir los regalos tras una maravillosa cena! Y entre todo este enjambre mental, cruzan ideas de comprarme una máquina para hacer helados, en saltar a la piscina, en ordenar mi closet que seguramente ya tiene en su gran desastre un pasadizo secreto a Narnia y en guardar mi uniforme (Alias “El disfraz”) para mañana. Porque obvio que estaré a última hora mañana guardándolo todo como buena chilena, hiperventilada repitiendo mentalmente medidas y me iré de casa pensando que se me queda algo. Si tengo un buen día, solo es mi lado negativo jugándome una mala pasada. Si tengo un mal día, es mi señal de alarma para llegar a la universidad, vaciar la mochila con el corazón a mil y esa vocecita interna macabra muerta de la risa diciendo “¡Te dije que se te quedaba algo! Te lo dijeee!!!” Lo trágico de que se me quede algo es que no podría rendir mi prueba. Uno instantáneo!

Pero no me quiero mover aun. Todavía me quedan arándanos y miro mis uñas de los pies junto al laptop pensando en pintarlas. También extraño pintarme las uñas de las manos. Entiendo por qué no puedo cocinar con esmalte de uñas pero eso no quita las ansias de llenarlas de colores. Tal vez debería enfocarme en escribir algo coherente y menos superficial pero cada línea tiene, entre punto y punto, a lo menos dos minutos de diferencia que es el tiempo que aproximadamente me toma seguir revisando rellenos de pavo en internet y ojear el especial navideño de Jamie Oliver en el Fox Life. (Y pensar en la inmortalidad de las uñas de mis pies… of course!)

Prueba, esmaltes, manzanas y castañas, prueba ¿Piscina? No, no… Debería in por un café y dejar de pensar en navidad. Estudiar…. ¿Con este calor? Vuelvo a la Navidad ¿Acaso hay algo mejor? Solo me falta la nieve para la estética perfecta. Hay algo en el aire (Si hay un Grinch leyéndome, algo que no es el mal genio con rabia espumosa emergiendo de la boca en las personas comprando apuradas en un mall) Esta es una época donde te esmeras porque todo salga perfecto, por disfrutar una rica cena con los tuyos… te esmeras por crear magia.

Así que, donde sea que estén, en el lugar del mundo que la Rueda de la Fortuna los llevo (arrastró, secuestró y, en algunos casos, hasta amordazó) espero que se dejen embriagar por esta época y dejen todo de lado un momento para encantar a sus seres queridos: Atrévanse a galletear aunque se les queme la masa, preparen esa receta que tanto tienen en mente pero que jamás se han atrevido, jueguen! Porque se puede, como si fueran niños fusionando sabores, colores y texturas y pasen estas fiestas celebrando con el alma. Irradien magia y encandilen porque toda esa energía se transmite a los que los rodean y llena los corazoncitos. Frecuencia navideña! En esta época todo es posible!!!

¡¡¡Felices fiestas!!!