miércoles, 25 de abril de 2012

I.A.L.

He mirado la pantalla durante días. El palito negro titilante en la pantalla en blanco.

Neuronas en colapso. A punto de huelga.

He escrito. He borrado. He vuelto a derramar letras y he borrado el archivo. Algunas veces siento que solo escribo para sacar el pensamiento de mi cabeza; para enfrentarme a él y, luego que emerge, el escrito pierde sentido o más bien, ya cumplió su función… Como si a veces a través de las líneas me mirara en un espejo y, luego de que me percato del problema y se cumple el cometido, tuviese que diluirlo. Una especie de terapia loca que me evita la estadía gratuita en el psiquiátrico, me ayuda a aclarar mis pensamientos como a otros les funciona caminar o hacer deportes. La gran diferencia es que cada letra me tatúa, me esculpe, me perfila y me desnuda.

 Extraña pasión esta de escribir.

Tras dos semanas ajetreadas no podía esperar menos que andar destruida, arrastrando hasta mi sombra entre pruebas y más pruebas, exposiciones, cursar un ramo flash, pedidos, cafés y estudio. Desde mi post anterior que bailo un vals a destiempos. Intenté escribir algo cuerdo pero solo fueron letras para mí: para mi enojo, mi frustración y mis desilusiones. No me ha ido mal ¿eh? De hecho mis notas van bastante bien pero sé que no he dado el máximo. Solo me falta la nota de francés -que no creo que sea mala entre la oral y la escrita- y la horrorosa nota de una exposición grupal en la que, sin lugar a dudas, puedo catalogar como la peor que he realizado en mi vida (Ni ahondaré en ello porque no vale la pena explayarse en gente estúpida sin Manual de Carreño). Simplemente paupérrima.
 Estas semanas me he desencantado, no de mi carrera (si pudiera dormir con mis cuchillos sin degollarme accidentalmente en la noche probablemente lo haría jaja!) sino de las personas. Supongo que mi error es esperar mucho de la gente y pensar que mi sexto sentido me engaña; pero el sexto sentido no suele fallar. Al final la moraleja es simple y, muchas veces, en vez de dar un paso adelante, es mejor no dar paso alguno y esperar.

 Esperar.

 Esperar. Respirar profundo y… ¡¡¡Contar hasta 100 en números primos impares!!!
 (Es más difícil de lo que parece, los reto a intentarlo cuando están enojados!)

 Para colmo de mis males, domingo pasado en la noche y mi muela del juicio se hizo presente en gloria y majestad. Ayer hasta amenacé al cirujano de que me la sacaba él o me la sacaba yo con un alicate pero logró convencerme, tras una larga charla de pros y contras con desenlace de muerte, de que debía someterme a un tratamiento de una semana y días para que bajara la inflamación antes de poder extraer a la muy maldita. ¿La verdad? Yo ya tenía el Plan B listo al llegar a casa: Alicate y una botella de whiskey: a la antigua y a la fuerza!!! Y lo sigo pensando con los “caramelitos” de pastillas con que me dejaron, cortesía sin duda, de mis múltiples alergias. Con dolor de muela del juicio mi humor sigue de mal en peor. Ni hablar del ítem “alimentación” o sea ¡Más mal genio!

 Creo que me voy a dormir. Mañana me debo levantar temprano para escribirme en la frente “Mujer rabiosa y con I.A.L.” (Instintos Asesinos Latentes) antes de ir a la U. ¿Y saben qué es lo mejor de todo? Mañana voy con cuchillitos y siempre se puede hacer “que parezca un accidente” en la hora punta del metro muajajaja!!!

Que tengan una buena noche o un excelente día! De vuelta a la cima de la montaña rusa!!!

sábado, 14 de abril de 2012

Papelucho tiene Razón!!!

Partí mi mañana como un día normal; con la alarma a las 6 y una ducha abre-ojos tratando de focalizarme en las dos pruebas del día: Técnicas de Comunicación y Tecnología de Cocina II. La verdad es que ni estoy segura que el primer ramo se llame así porque yo le digo “Lenguaje” y el resto de mis compañeros “PSU” porque, de momento, el ramo va en uso de conectores latinos, usos de puntos, comas, acentos, etc. que se asemeja bastante a la preparación de esa odiosa prueba que la mayoría de los chilenos rendimos al terminar el colegio. El otro ramo, en tanto, es algo más complejo de explicar. ¿Cuánto apuestan a que logro darme a entender? Jaja!!! A ver… Ya he contado que tengo Taller de Cocina en el cual, para los que me tienen en San Facebook, pueden ver las fotos de los platos que vamos preparando cada semana. Pues en Taller de Cocina nos enseñan, como bien dice su nombre, a cocinar pero es en Tecnología de Cocina donde debemos aprender la teoría de dichas preparaciones. Por ejemplo, las últimas clases de Taller de Cocina preparamos risotto y en Tecnología de Cocina vimos los tipos de arroz, clasificaciones, características de cada uno de ellos, modos de preparación, orígenes , etc. ¡Si esto no es nada de pelar dos papas, una zanahoria, lanzarle el pedazo de carne y estamos! Esto tiene su ciencia y con el ramo de Tecnología, también su estudio.

El asunto es que yo figuraba poniéndome mis llamativos y chillones calcetines chilotes rosado eléctrico (sobre los otros dos pares de calcetines fomes para no morir congelada jojojo) cuando me asalta la primera duda del terror:

¿En comunicación la profesora no subió más material a estudiar?

Caos. Cada vez que me dan esas tincadas horrorosas suelen ser ciertas. Prendí el laptop en dos tiempos, casi me caí de la cama atando una de mis zapatillas mientras cargaba la página y efectivamente, ahí, en la pantallita brillante pude ver un archivo de tan solo 180 hojas que claramente no había leído. ¿Cuándo lo subió? Ni idea. No tenía tiempo para indagar más allá de prender la impresora y apretar “imprimir”. Mi hora de salida a la universidad en las mañanas es a las 7 am. y solo faltaban 10 minutos para que escuchara el grito de “nos vamos!”. Siete en punto y corrí a la cocina en busca de un frasco de café, una leche en cajita descremada, una cuchara y mi tazón. Todo adentro del bolso con las hojitas calientitas de comunicación jaja!

Me subí a la camioneta y me observé en el espejo del copiloto. No estaba más desastrosa porque realmente no me esforcé aún más en ello. Sin maquillaje, el pelo mojado cuasi estilando sobre mi cara y lo peor de todo es: ¡¡¡Sin desayuno!!! Con el apuro de las antipáticas hojas de Comunicación no alcancé a tomar desayuno; Mi san café latte con mi rebanadita de pan integral con plata, snif! Nada que hacer. Me fui con sonajera de tripas en do menor hasta la U, media idiota y recriminándome a mi misma por qué no me había percatado de la existencia de las dulces 180 paginitas.

Llegue al templo del saber a eso de las 8, con maquillaje intento-verme-mas-decente-pero-milagros-no-hago, directo a comprarme un rocklet y al primer café. No ahondaré sobre el frío que sentía porque un pingüino hubiese pedido scaldasonno!!! Tras quince minutos llegó Manuel y trazamos el plan del día:

- De 8:30 a 10:00: Estudiar Comunicación.

- 10:00: Prueba!

- 11… 11 y algo, cuando termináramos la prueba, hasta las 13:15: Estudiar Tecnología.

- 13:30: Prueba de Tecnología.

- 15:25 a 17:00: Clase de Nutrición

- 17:00 a 18:35: Clase de Francés.

08:30: Empezamos a repetir, estudiar… ver si nos entraba algo nuevo. Al final, y lo reconozco abiertamente, me dieron los monos, repasé la materia del cuaderno y fin. No más. Tenía frío, estaba nerviosa por las dos pruebas y ponerme a revisar lo no visto solo aumentaría las palpitaciones a nivel “Clínica Alemana”. Manuel me mira con cara de “Ya te estás hiperventilando de nuevo” y sé que tiene razón. No sé como lo hace pero me termina calmando hasta que vuelvo a respirar relativamente normal. Y miro FB, me desquito ahí por el frío, vuelvo a repetir lo que ya sé, actualizo, recibo comentarios de Jask dando ánimo desde Australia con un lindo sol, no siento mis pies, locuciones latinas, ¿Debería ir al baño…no?, otro café y así se me fue el bloque de estudio… Al final terminé repitiendo la misma frasecita leguleya que decía una amiga cuando teníamos una prueba grandota en Derecho “Cuando la violación es inminente, relájate y disfruta como una vil puta”. Es el sentido máximo que un alumno puede decir cuando ya esta, literalmente, entregado.

Se acerca la hora y lo queramos o no, tenemos que ir. No queda otra. Ya estaba congelada, encomendada, aferrando a mis dedos de témpano mi tacita de café que me amenazaba con comprobar la gravedad en cualquier momento.

La prueba no duró mucho y creo que no me fue mal. Dudo que de 7,0 pero no menos de 5,0. Buen rango, espero que sea tiradito para 6.0.

Siguiente round: Preparar prueba de Tecnología hasta las 13:15. A esas alturas la temperatura no había subido y empezaban a caer las primeras gotitas invocadoras de lluvia. No sé cuantos cafés más me tomé en la mañana. Si para la de Comunicación tomé 4 cafés en hora y media, saquen cuentas entre las 11 y la prueba que… wait!, de hecho, entre con otra taza de café en la mano. Esta materia no era nada, nada entretenida. Qué arroz tenía Amilosa, amilopectina, las papas con la solanina, que las papas chilotas, la quinoa, chuchoca, ¡Me congelo! ¿Dónde están los 21 grados pronosticados?!!!, paella, legumbres,Polenta cremosa, temperaturas de conservación, risotto, guías de despacho, facturas, orden de compra, IVA, fichas técnicas… Aght! Tanta porquería!!! Manuel intentando calmarme, yo amenazándolo con golpearlo (Perdón Manu!), la Vivi que nos miraba hasta que decidió ir (huir) a su prueba, Manuel con cara de entregado, yo con cara de hipo, otra lectura esta vez en voz alta, Manuel diciendo que nos sacaríamos un 7,0 y yo feliz y casi relajada le creo a pies juntillas. En verdad que revisamos todo, todo! ¿Cómo no nos íbamos a sacar el 7,0?

JA!

Papelucho tenía razón: Después de un día bueno viene uno malo. Un 7,0 y un 6,5 no se podían repetir al día siguiente.

Ad portas de entrar a la pruebita de tecnología, una compañera me dice “Que linda tu ropa formal…” “¿Cuál? ¿La de ayer por la exposición?” respondo yo inocente. Ella me mira con el ceño fruncido como si no entendiera la respuesta y agrega "No la de ayer, la de hoy..."

¡WARNING!

En eso, como en las películas, la miro detenidamente y esta vestida formal…

1…

2….

3…

¡¡¡La prueba escrita era formal!!! Ya, ya! Ahora sí que me voy a la Alemana. ¿Qué hacer? Nada. Corro a avisarle a Manuel. Manuel se encoge de hombros como diciendo "ya da igual". Ahí entró el profesor a la sala y lo primero que hace al verme, es notar mis zapatillitas plomas con rosado y mis chillones calcetines chilotes rosados-no-pasamos-desapercibidos.

- - No puede dar la prueba. Vino con zapatillas.

No sé cuantas cosas se me cruzaron por la cabeza simultáneamente: Toda la mañana perdida por nada, mi congelamiento, sacarme un rojo, cómo tan idiota de no haber recordado que solo lo dijo una vez en la primera clase, con un rojo ya iba a examen….

- Profesor por favor necesito darla, estudié para ella. [Cara de hipo más Gatito de Shrek más desesperación pura]

- Puede darla (se detiene unos segundos y retoma) pero parte desde nota 6,0.

Amén; entre partir de 6,0 y quedarme con el uno no había nada que pensar… Hasta que vi la prueba. Y ahí dije que quizás, tal vez, así por ser, debería tener contemplada la opción de examen porque habían 3 de alternativas que no contesté segura, mas alguna que no tuviese contemplada y tal vez la cosa se podía venir roja. No sé en verdad.

Lo que si tengo claro es que salí llena de una rabia contra mi, rabía de no haberme acordado de esa línea en su primera clase donde nos advertía la formalidad, rabia con el profesor de haberme marcado efectivamente la prueba con un punto menos, rabia por saber que si eran sus reglas no podía patalear... pero alguien que me explique:

¿QUÉ SENTIDO TIENE DAR UNA PRUEBA ESCRITA FORMAL?

Porque ni en Derecho, que son mas cuadrados que nadie, lo hacen!. ¿Acaso los tacos me iluminan?... Quizás a través del dolor de pies… aggghhhht!!!

De haber estado sola a la salida de la prueba, lloro de rabia. De verdad. Hasta sentía a mis amigos imaginarios burlándose de mí. Y si lloraba y me sacaba la rabia Manuel me diría que no era para tanto, que la prueba estaba difícil y que filo, ya quedaban más por delante. Y lógicamente, también se reiría de mí por ser “cabra chica” y tomarlo todo tan a pecho. (Así que me tragué el llanto pero hice pucheros por mucho rato!!!)

Después de un merecido descanso ya nos tocaba entrar a Nutrición y ese ramo fue casi tan tortuoso como la prueba de la que acabábamos de salir. Creo que somos 2 o 3 los que hacemos el ramo por primera vez y todos los demás son repitentes. Y la profesora pasa la materia como si fuera conocida por todos. En algún momento de la clase, entre nomenclatura de la maltosa y algún lípido extraño, pensé en hacerme un hara-kiri con el lápiz pasta en el cuello pero mañana tengo entrega de cupcakes y no podía fallarle a un bebé de un añito en su primer cumpleaños ¿Cierto? Ahí si que el hara-kiri -chilensis me llevaba flash al infierno!!!

Luego, la última clase, francés pero ¿saben? Ya no doy más escribiendo y tengo el despertador puesto al alba para hornear. Tenía algo entrete que contar ahí pero lo comentaré en otro post.

Lo mejor del día: La tormenta sobre Santiago con lluvia, truenos y relámpagos.

¿Lo peor? Olvidar un detalle importante que espero, no traiga grandes consecuencias porque, de lo contrario, ahí sí que me saltara un ojo…!!! O busco un lápiz Bic jajaja!!!

Salut!

domingo, 8 de abril de 2012

Pica-Pica!!!

Imagino que en todo oficio o profesión hay cosas que el pobre estudiante ignora y que no sabe que pasan hasta que, como dice la frase popular, le pasan. Así me encuentro yo. Irritada.

¡¡¡Literalmente!!!

En verdad no es culpa de Gastronomía, al menos no lo es inicialmente. Sufro de alergia por contacto a los metales, lo que comúnmente se conoce como “dermatitis cuica” ya que podría trabajar en una joyería detectando imitaciones. En menos de una hora me sale un sarpullido horroroso en todo aquello que no es plata y oro… de ahí lo de “cuica”. ¿Qué tiene que ver esto con gastronomía? Piano piano mis queridos querubines. El asunto es que si toman uno de sus jeans y ven la parte de los bolsillos verán que tienen unas pequeñas prensillas de metal ¿No? Si le sumamos que en verano los poros de nuestra piel están más abiertos y que por ello la dermatitis se dispara a ritmos asombrosos, verán que mi situación no es nada envidiable. Piel irritada que me invita a rascarme todo el rato! La solución que me dio el dermatólogo el año pasado fue dejar de ocupar jeans y yo sentí que me condenaban a ser Testigo de Jehová (con todo respeto a las personas de dicha religión) ¿Con qué me visto si no es con jeans? Faldita hippie? ¿Vestido de flores? ¿Pantalón de tela para andar semi formal por la vida? Me dio ataque. Probé con todo lo que me dijeron: ponerle a todas las aplicaciones esmalte de uñas, aceite, ponerles parches curitas y nada. Y ahí estoy, con mi dermatitis en pleno apogeo (ya que aun no hace frio y ni modo de usar pantys bajo el jeans para cocinarme en hora punta en el metro con mis 100 amigos en un vagón sin aire). ¿Cómo se conecta esto con gastronomía? El jabón que ocupamos en la universidad no se qué demonios tiene pero logró irritarme aun más, de tal forma que mi alergia se expandió a la parte superior de brazos y hombros. Gracias a Dios que mis brazos en su parte inferior y mis manos están sanitas pues de lo contrario me vería obligada a apagar fogones y esperar. Rezar… comer? Algo así como la peli de Julia Roberts jaja! Según mi anti-jeans-dermatólogo, mi piel está en “estado de guerra” y cualquier producto fuerte hará que sobre reaccione grotescamente. Dicho y hecho: Brotada!

… Parezco sarnosa, snif! Bueno no se si tanto pero con tantos mini granitos yo me siento sarnosa!!!

De día me controlo e intento no rascarme pero de noche claramente no funciona mi plan fríamente calculado. Si a ello le sumamos que lunes y jueves tengo taller de cocina y pastelería donde me enfrento con el detergente enemigo, cuando va bajando la intensidad de la alergia ( tipin miércoles o domingo) me toca taller de nuevo al día siguiente, me lavo las manos, lavo una olla y estallo en picazón!!!.¡Piel del demonio! No me quedó otra el viernes pasado de intentar tomar hora con mi super-anti-moda-dermatólogo pero obvio! Mi buena racha no me dio hora hasta finales de mes porque mi horario de 08:30 a 18:35 no me deja mucho tiempo libre.

Hoy no aguanté más y tuve que correr a casa de una prima médico para que me viera. Llegué con cara compungida, un conejito de chocolate de regalo y las ansias de un milagro. De verdad, un buen milagro de semana santa.

¿Cómo nadie te avisa que el detergente industrial puede generar tamañas reacciones dermatológicas al entrar a gastronomía?

Tras recetas, pasada a la farmacia y planchar mi disfraz (uniforme) para mañana, me encuentro tecleando mi historia pica-pica en la cama mientras me tomo la pastillita que concentra todas mis esperanzas porque, si no funciona, se viene el baile de corticoides. Yeah… saltaría de felicidad como Daria de MTV al comprarse una nueva mini color rosa chillón (Si, estoy siendo irónica y qué?) La contra indicación es exceso de sueño pero una cosa por otra ¿No? Si me corto mañana solo será un daño colateral que dará pie, seguramente, para un nuevo post ;)

Wish me luck!