domingo, 21 de septiembre de 2014

Del 18 con té chai y la pala amiga.

Escucho las notas de Tempest de Deftones dejándome llevar como si pudiera, con mi solo deseo, invocar una tormenta. Me gustaría tener ese poder. No los aburriré con la ruma torcida de libros que tengo por leer para todos mis brillantes “pendientes” pero es que estaba con la nariz en medio de un aburrido libro de ahumados cuando “me empezaron a picar los dedos”; hace tiempo que no escribía. Mea culpa pero he debido cocinar bastante, gastar mis corneas en libros de fantasía hasta que se me cierran los ojos en la noche, cavar en mi jardín como conejo y estoy probando dejar mi mente en blanco quedándome quieta como una esfinge mientras reduce el calor de mi té con tal de mantener mi eje con todo el movimiento del último tiempo. Y es que percibo que tantas cosas han cambiado a mi alrededor que la única forma que tengo a veces de asimilar el conjunto de todo esto es drenándome por alguna de las vías mencionadas.


No sé. Tal vez sea la primavera que me sorprendo a mi misma haciendo cosas inusuales. Poco después de mi cumpleaños me desperté un día mirando mis libros con un solo pensamiento en la cabeza “Y qué harás con ellos, con todas tus cosas cuando viajes?” Me sorprendió la frecuencia de mi cabeza. ¿Qué haré con todas mis cosas… si no es un viaje, cuando parta? Para qué esforzarme tanto en tener esto si no me podré llevar nada? Tal vez ni vuelva a viajar pero tener tan a carne viva que todo lo que me rodea, todo esto, es casi un lindo escenario prestado me dejó sentada con los ojos redondos entre las sábanas.  Aun no tomaba café  y, como primer pensamiento mañanero, me abofeteó con una fuerza despiadada.

... Entonces, ¿Qué quieres hacer?

 Nuevo hoyo en el jardín por la tarde para plantar la melisa.

 Al menos plantar ayuda a las abejitas… a tener algo más de oxígeno en el mundo. Mis pertenencias materiales no aportan nada. A nadie. Ni a mí.

Sé que desde pequeño nos dicen que nada material se irá a la tumba con nosotros. Nada trascenderá pero de pronto ver en mi entorno tanta gente amargada que solo piensa en todo lo material (auto, casas, los últimos zapatos de la temporada…) y yo de pronto cuestionándome para qué estaba “acumulando” cosas. No sé bien como explicarlo pero fue como haber salido del agua y dar con ganas la primera bocanada de aire. Así que he gastado más dinero en plantas que en comprar otras cosas desde ese entonces. Ya que no puedo tener animalitos en casa seré la loca de las plantas.

Siento que voy cerrando un ciclo que se abrió cuando di el salto a gastronomía. Quizás es tal vez todo esto porque ya queda poco para que acabe. Me estoy liberando de una serie de cadenas que antes me tenían secuestrada y solo porque yo quise que así fuera. En un inicio fue la profesión que me intoxicaba que deseché, luego fue un círculo de personas de ese ámbito que no me reportaban ningún beneficio y que solo criticaban. Podé mis amistades. Me quedé con un puñado de ese tiempo que, si bien no veo tan seguido como desearía, me sacan sonrisas. Aun muchas veces por fb me aportan más de lo que seguramente ellos sospechan. Me miré con otros ojos.

Mis ojos.

No sé si es parte del crecimiento normal de un ser humano llegar a abrazarse a si mismo con tanta intensidad. Y como sé que probablemente no me casaré ni tendré hijos como la mayoría  es que me he puesto a crear una serie de planes en los que encajo a la perfección. Y no son más que míos. No cumplen con ningún estándar social, ni familiar ni siquiera cultural. Ya que siempre he sido un tornillo especial atornillaré donde quiera hacerlo. Y no es que critique lo tradicional. Creo que simplemente no encajo en ese molde. Y obvio que escribo la palabra “molde” y se me viene a la cabeza un aromático queque de clementinas que le irían de pelos a este té chai jajaja!

Mi cabeza siempre pensando en comida. Es un problema porque después de este 18 (y eso que siento que logré contenerme) mañana estaremos todos a agua. Hablando del 18, compré por ahí un maravillo té chai que me tiene en las nubes. Varios de ustedes saben de mi compulsiva adicción al té negro con jengibre fresco y miel. Tanto así que muchas veces en la universidad ando con todo el pack para afrontar el día. Del té chai claro que había escuchado pero lo asocio bastante a una moda de la cual me negué a ser parte, ¡hasta escuchar el nombre me da risa burlona!. Pero si hay algo con lo que siempre puedo contar aparte de mi estupidez, es mi infinita curiosidad. Llevaba meses escuchando a Vivi y Ale hablando de lo mucho que disfrutaban sus respectivos té chai en una aclamada cafetería y de pronto veo en un puestito artesanal a un tipo con pinta de hippie montañés barbudo vendiendo enormes bolsas de té de diferentes tipos. Un billete menos en mi billetera escuálida y el té se vino a casa para descansar en mi cocina.

Bueno volviendo al tema de esperar la lluvia con buenos pensamientos, estuve investigando sobre este brebaje y pues, con solo escuchar los ingredientes hasta el medio bobo capta que es mejor que un simple té en bolsita.

Foto extraída de http://www.cocinista.es


Clavo de Olor. Esta especia contiene fitonutrientes; contiene altas cantidades de manganeso, fibra dietética, ácidos grasos omega-3, vitamina C, vitamina K, calcio, potasio, magnesio, ácido fólico, fósforo y hierro. Entre sus beneficios encontramos que es un excelente analgésico natural aliviando eficazmente el dolor de cabeza; también es anti-inflamatorio, favorece a la digestión, la salud cardiovascular y fortalece al sistema respiratorio, además es anti-oxidante.

Cardamomo. El chai que no lleva cardamomo, no es chai. El cardamomo contiene proteína, agua, aceite esencial, almidón, ácidos grasos y mucha fibra. Contrarresta los efectos a la intolerancia al gluten. Es útil para problemas urinarios. Regula el metabolismo. Se recomienda a quienes sufren de artritis o diabetes. Expectorante, antiséptico y anticancerígeno. Favorece al sistema digestivo, las vías respiratorias y, además, es afrodisiaco.

Canela. Entre sus propiedades encontramos que regula los niveles de azúcar y de colesterol en el organismo. Tiene efectos antimicrobianos, alivia molestias digestivas, alivia infecciones de la boca, elimina las molestas del resfriado. También es un afrodisiaco natural. La canela es rica en vitamina A, magnesio, vitaminas del complejo B, zinc o flavonoides,

Jengibre. Este tubérculo es una joya que debemos aprovechar. Es muy rica en aminoácidos y minerales: aluminio, boro, cromo, cobalto, manganeso, fósforo, silicio, zinc. Aporta beneficios al aparato digestivo — esa antivomitivo, evita los mareos, auxiliar en el caso de úlceras, diarrea —; aparato circulatorio — previene enfermedades del corazón, circulatorias, heridas por congelación —; aparato respiratorio — contra síntomas de gripe, resfriado, sinusitis; combate al síndrome de fatiga crónica, el dolor por sus propiedades antiflamatorias y analgésicas; auxiliar en tratamiento de artritis, síndrome de túnel carpiano y dolor de muelas.

Encontré recetas que incluyen pimienta, nuez moscada, anís estrellado (el cual adoro con todo mi ser!), azafrán… también existen variantes respecto al té a utilizar pero al parecer el más común es té negro*** Me pueden corregir todos los que posean mejor información que la expuesta por fa! *** Como a mi me gustan casi todas las especias, a mi base de té chai artesanal que traía canela, anís estrellado, jengibre y cardamomo le agregué también pimienta roja (de la cual me enamoré a la fuerza en España con unos almíbares sublimes) y vainas de vainilla en trocitos. No me gusta mucho la versión con leche pero se los recomiendo absolutamente para estudiar o para mantenerse concentrados en algo. Y espero no ser hereje en este comentario si, recién servido, mientras lo dejan reposar agregan un trozo de cáscara de clementina ¡es una maravilla en el paladar! 

Así cumplí con mi break-pica-dedos y ya voy de vuelta al estudio con un mega tazón especiado a ver si logro dar pelea por una hora y media más.

Los quiero y gracias como siempre por leer y acompañarme aun en la distancia.

La frase del día de hoy: “No solo estamos donde debemos estar, sino que además estamos cuando tenemos que estar… ¡Somos incluso quienes tenemos que ser!”-  Robin Hobb.