sábado, 7 de marzo de 2015

Crema de avellanas y Chocolate.

Hoy intenté dormir siesta pero lo único que tenía en mente era: Nutella.

Los que han venido a mi casa alguna vez saben que vivo lejos. Lo suficiente para que me de lata ir al supermercado. El otro punto en contra que también había leído es que esta deleitable pasta de avellanas tenía de todo menos algo sano y ni hablar del nivel de grasas y aceites hidrogenados que uno saborea con éxtasis en una cucharita. No lo voy a negar ¡Me encanta la nutella!

Y estaba ahí dándole vueltas en mi cama con una receta vegana en la cabezota. Había comprado las avellanas y tenía cacao amargo en polvo…era solo intentarlo. En el peor de los casos sería una perdidas de adorables avellanas. La receta que ocupé esta en el libro El Veganomicón pero por dos mini chascarros me vi en la necesidad de modificarla así que aquí van los ingredientes:

-        150 gr. De avellanas tostadas peladas (No arrugen la nariz! Se consiguen listas en cualquier tienda naturista. Mi proveedor oficial es la tienda La Raíz)
-        60 gr. De cacao amargo en polvo (yo ocupé Copacabana)
-        150 gr. De azúcar flor.
-        80 ml de aceite de maravillas. (La receta original decía 120 a 150 mínimo y sumando hasta obtener la pasta con la suavidad deseada)
-        6 cucharadas llenitas de leche de soya en polvo (La receta original decía solo dos. También la coseguí a precio económico en La Raíz.)
-        Esencia de vainilla (puse unas dos cucharadas aprox)
-        Agua (ya verán cuanto…!)
-        Unas 2 cucharadas de Frangelico (Yo no tenía así que lo modifiqué por amaretto)

      Pues bien, necesitarán una 1,2,3. Ya saben, estas maquinitas que muelen al contacto. Si las de ustedes esta media muerta ni intenten jugar con esta receta que le fundirán el motor. El primer desafío fueron las avellanas. Yo las había comprado tostadas y la receta además decía peladas. No todas venían muy peladas así que me senté cual abuelita a pasar sobre las que aun tenían algo de cáscara, un paño frotándolas con cara de pocos amigos. Si ven la foto a continuación verán que no fui muy prolija en mi trabajo.



Luego de eso viene la parte entretenida: Todas en la máquina y a molerlas hasta que se forme una pasta. No paren cuando esta ya media polvillo. El roce de las aspas sobre las avellanas activará los aceites naturales de esta semilla y verán que, de tanto muele que muele, se formará una pasta. ¡Muy bien! Me dije inocentemente mirando mi libro. Hasta aquí todo de maravillas.



Luego, incorporé la azúcar flor pero a mí me pareció excesivo tanta azúcar así que la rebajé 30 gr. Pensando también que, si le hacía falta más, se le agregaba y listo. Incorporé junto con el azúcar el amaretto, la esencia de vainilla, el cacao amargo en polvo y las dos cucharadas de leche en polvo de soya.


Y fue entonces que me empezó a quedar la pelotera.

Mi maquinita empezó a pedir a gritos que le sacara parte de la mezcla porque era exceso de trabajo. Así que tuve que vaciar todo en un bowl y mezclar con una cuchara hasta que fui devolviendo en dos tandas a la 1, 2, 3 para incorporar el aceite de maravillas. Ya había decidido de antemano que mi rica pasta de avellanas y chocolates no tendría tamaña cantidad de aceite  Me negaba con todo mi ser.  Me puse de tope 80 ml de aceite. Ya adivinaran mi siguiente chascarro: ¡¡¡No quedaba como pasta!!! Era mas parecido a una masa de chocolate y avellanas sin esa suavidad característica.

Me di vueltas en la cocina. No… no iba a transar en el aceite. Era demasiado!
Tenía aceite de coco que también podría agregar pero era casi lo mismo.

Así que me acerqué a la máquina, y agregué dos cucharadas mas de leche de soya en polvo, un poco de agua y un poco de esta masa de avellanas y chocolate. En menos de un minuto obtuve esa pastosidad y suavidad que buscaba.

¡Eureka!

El truco para ahorrar tanto aceite para mi fue incorporar otras dos cucharadas mas de leche de soya en polvo a lo que me quedaba de mezcla, un poco de agua y pasar todo por la 1, 2, 3 una vez mas y listo. Asunto resuelto!



¿Qué les puede decir? Es una receta simple y super fácil si no tardan como yo en dilucidar como reemplazar ingredientes para salir del entuerto. Es la primera vez que me atrevo con una de estas recetas y quede muy feliz. Se siente mucho mas el sabor de las avellanas y el chocolate que la marca tradicional y no queda la lengua tan pastosa. En todo sentido, un éxito. Plenamente conforme con mi nuevo descubrimiento.
Imagino que debe durar una semana en el refrigerador en óptimas condiciones. No sé si esté tanto tiempo en el mio pero ya tengo algo dulce que cucharear cuando me baje la desesperación por chocolate. Estoy full comida sana y gym pero no dejo el chocolate. No se transa.

Así que espero que pongan manos a la obra por esta pasta de avellanas y chocolates, más sana. La harán en casa y sabrán exactamente qué contiene, sin nada extraño, sin esos tóxicos elementos que finalmente nos terminan dañando ¿No es maravilloso? A tope siguiendo estos pasos se demorarán unos 20 minutos.

Quedo atenta a sus consultas.


Los quiero!

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