Tal vez a esta hora vas camino al trabajo tratando de mantener el equilibrio en el metro o en el bus con los zombies mañaneros. “Ojitos de alcancía” solía decir un amigo mexicano a los ojos pequeños como la ranura de una alcancía donde introduces la moneda; ojitos pequeños que te mantienen con la cabeza más cerca de la almohada que concentrándote en tu entorno. Tal vez no tomaste desayuno hoy y casi sientes el aroma seductor y envolvente a café y unas tostadas… quizás fuiste astuto y te llevaste una fruta para el camino. Cuando era pequeña siempre se me reventaba el yogurt en la mochila así que, si vas muy apretado y llevas uno de esos, trata de mantenerlo a salvo. ¿A qué sigues pensando en un café, eh? Pequeño diablillo…!
Hoy creo que me aprovecharé de tus ojitos de alcancía y te invitaré a dar una vuelta mientras vas de camino al trabajo pues ese estado de semi consciencia es delicioso para soñar despiertos. Deja que te guíe. Hace unos años atrás tuve un sueño inolvidable. De esos que vibran con tal intensidad que no se ha borrado nunca de mi memoria. Soñé que tomaba el metro como era mi rutina cada mañana. Bajaba a la estación, tomaba el metro y mis ojos se perdían en esa semi oscuridad de ver pasar las estaciones con una monotonía agobiante. Un día más. Una mañana más. Cuando bajaba del metro y ascendía hacia la salida, hubo algo que me sacó de mi trance; una luz cegadora y un calor húmedo que acarició mi piel con un toque de sal que me despertó por completo. Casi respiraba el océano. Entonces di paso al último escalón y de pronto me encontraba en plena Copacabana!. Dos pensamientos cruzaron por mi cabeza mientras observaba la playa desde su característica vereda empedrada: “Wow! Genial que el metro llegue ahora hasta Rio de Janeiro!” y “Diablos! No traje mi bikini!”
Es extraño que ese sueño nunca se borrara de mi memoria. Cada vez que subo al metro pienso en lo increíble que sería una enorme extensión de línea hasta Ipanema, Barra de Tijuca… a la tierra de las caipirinhas con esa humedad que transforma mi cabello en toda una amazonas. ¿A que no sería fantástico que en este mismo instante terminaras de cerrar los ojos y también encendieras tu piel con ese sol deslumbrante mientras te quitas esos odiosos zapatos y te quedas descalzo respirando Rio? No seas seriote, juega conmigo. Ya que estamos en estas y solo es un viaje de “ojitos de alcancía”, imagina que tu si viniste preparado y bajo esos pantalones aburridos que llevas puestos, tienes un traje de baño así que puedes sacártelos y dejarlos junto a tus zapatos. Dudo que alguien de aquí se los lleve. Despídete de toda esa ropa formal que saca bostezos pues también desentonan acá, huelen a tareas por cumplir. Ok, ya estas mejor, no? ¿Empiezas a sentir esa sensación de libertad? De cosquilleo en la piel? No te preocupes de lucir tan blanco, estas praias están llenas de turistas, solo sonríe y olvídate del celular, de los correos y de que tienes una hora para llegar a alguna parte… sonríe y vamos a caminar por la arena hacia el mar. Busquemos un buen lugar para jugar a las lagartijas porque acá no necesitarás nada de eso que te hace fruncir el entrecejo. Vengo con pareo, reales y bloqueador incluida!
Si hay una sensación que adoro es caminar por la arena. En cada paso parece que esos finos granos dorados abrazan tus pies amoldándose perfectamente a cada centímetro. Las olas se perciben rítmicamente con su aroma salino y a donde mires en la playa podrás ver gente sonriente que está disfrutando este momento. Creo que es el secreto del carioca para la felicidad, no le pesan mucho las preocupaciones. No andan por la vida estresados, ves? Solo andan por ahí tendidos al sol, bebiendo cervezas heladas en diminutos trajes de baño sin importarles el peso ni la altura. Si miras hacia atrás, de donde veníamos, verás que por la vereda van muchos de ellos haciendo ejercicio porque desde muy temprano muchos de ellos salen a correr, caminar y andar el bicicleta por el borde costero. En la arena, otros tantos están repartidos jugando volley, futbol y futevoley que adoro porque lo mezcla todo. Ellos también lucen despreocupados. No sé por qué nosotros no copiamos esa actitud de vida.
Vamos no te quedes ahí parado y sigue caminando hacia el mar. Un tipo con bronceado perfecto se acerca y te sonríe mientras habla de “Parasol” y “cadeiras”. Detecta tu español a la primera sílaba y vuelve a ofrecerte quitasol y unas sillas ¿Ves que cada ciertos tramos hay como unos puestos en la arena? Este carioca junto a su tropa se gana la vida arrendando silllas y quitasoles, vendiendo caipirinhas, caipiroskas, cocos, sucos y refrigerantes todo con la mejor sonrisa. Tienes pinta de necesitar alcohol, eh? Supongamos que son las doce del día y te invito una cervecinha, qué dices? Y aquí estamos, pleno sol en un trance de verano disfrutando este pedazo de paraíso. Tu piel huele a bloqueador (error de primerizos poner bronceador en la primera tostada de Gasparin), una cerveza en la mano que invoca luego una caipirinha de maracuyá, tus pies tocando el océano atlántico con unas olas suaves nada frías. A lo lejos un puñado de personas haciendo kitesurf y sé que igual estas pensando que podrías intentarlo… podrías dar solo al surf, lanzarte en parapente… esa es la sonrisa maliciosa que buscaba en ti.
En este país se confunde la ficción con la realidad y los colores parecen mas brillantes. ¿Me sigo aprovechando de tus ojitos de alcancía? Te sumerges en la siguiente ola con el agua que no parece caliente ni remotamente parecida a las gélidas de Chile. Inhalas y vuelves a sumergirte olvidando que tenías que contestar urgente ese mail para tu jefe. Vuelves a salir a la superficie y exhalas dejando que el mar se lleve el rumor del recorte de personal y el frío invernal… Esto es fácil ¿Ves? Ya comienzas a sonreir. Yo te observo desde la orilla tomándome los últimos sorbos de tu cerveza mientras me mojo los pies. Esto es algo que necesitabas hacer solo.
Al rato nos tendemos a tomar sol y comienza el hambre. Lo mejor de la praia es que no es necesario moverse para conseguir algo. Tienes cara de querer experimentar, no? A ver con qué te sorprendo. Creo que podemos partir por algo que simplemente me encanta: Queijo Coahlo! Mira por ahí ya se acerca un vendedor. Lo identificas porque viene con una especie de mini parrilla o brasero de lata y un cooler de donde saca una barrita de queso en un palito de brocheta, te pregunta si lo quieres con orégano y en menos de un pestañeo, ya lo puso a asar en su parrilla entregándote un maravilloso queso dorado por fuera y suave por dentro. Muito gostoso!
Puedes probar un típico snack llamado Globo, describírtelo es algo difícil… es como una especie de suflito con un suave sabor medio dulce. No mata el hambre pero entretiene la tripa. Hay dos versiones, una levemente dulce y la otra salada. Si sigues con los colmillos afuera seguramente andará rondando por ahí un clásico personaje con un carrito que vende Milho verde. Si pides uno, el carioca sacará de una olla un tierno choclo y lo embetunara con mantequilla o margaina (nuca lo he tenido muy claro), algo de sal y te lo ofrecerá sonriente. Eso si que es una delicia!
Otra cervecita mas y tu piel ya va tomando color con estos cariocas que saben disfrutar del mundo. Acá parece que nada va rápido excepto por el viento que a veces levanta al vuelo algún quitasol. Si te decides a que ya tuviste mucho sol y quieres un break, te puedo llevar a mi playa favorita de Rio y almorzamos algo más contundente por ahí ¡Tienes tanto por ver!
Vamos caminando hacia la calle de vuelta, ahí verás que cada sector, cada ciertos tramos en la playa, tienen baños, y salpicadas cada ciertos metros también hay duchas para sacar la arena lo cual es bastante práctico. Antes de subir al bus, necesitarás una polera, y chalitas…acá no se permite subir en traje de baño al transporte público. Como soy una verdadera maga, traje todo conmigo así que estás listo para viajar conmigo hacia el sur de Rio. Creo que me gusta más porque son playas en las que ves menos turistas que Leblon, Ipanema o Copacabana. Los buses tienen la doble opción, pagas con una tarjeta tipo “Bip” o en efectivo. Debes pasar por un torniquete que siempre me da neura de quedar atrapada y te sientas con cara de carioca. También tienes la opción de viajar en buses con aire acondicionado pero son más caros. No cierres los ojos ahora y traga Rio por los ojos, mira a toda esa gente en shorts y poleras caminado por la rua, la frondosa vegetación que tiñe todo de verde, el trafico maluco que me enerva porque no conocen lo que es señalizar antes de doblar, solo giran y ya está! ¿No es como estar en una grandiosa película? Tienes pinta de acalorado y una gota se desliza lentamente desde tu cabeza hacia el mentón pero vas tan abstraído en ese paisaje que no te percatas de ello. Nunca he sabido cuanto efectivamente me demoro entre Copacabana y Barra de Tijuca. El tiempo es relativo cuando estoy acá pero sé donde debo bajar en Posto 2. Nos ponemos de pie y bajamos por atrás del bus que gracias Dios no tiene el odioso torniquete.
Un puesto de comida salpica a la vista con la clásica postal de puesto de venta a la orilla de la playa con construcción de madera salpicado con algunos árboles. Vitrinas con bebidas, aguas, cocos helados, petiscos (quiero! Quiero!!!) y otros snacks para probar. Mesas en su entorno con mas cariocas desparramados disfrutando del día soleado. El reloj que indica la hora y la temperatura en la calle marcan 35 grados y el calor comienza a notarse en cada paso. A simple vista la Praia do Pepê no luce diferente a otra playa pero su pendiente me da la idea que es mas suave por lo que las olas no son tan grandes. Si tienes hambre (recuerda que la que guía tu fantasía es gastrónoma y fan de los nuevos sabores) puedes probar un coco helado para reponer vitaminas y minerales por la deshidratación del calor y algún petisco. Creo que la forma más fácil de describir la increíble variedad de petiscos cariocas seria decir que son snacks mas elaborados; como lo que nosotros consideraríamos como una empanadita frita pre almuerzo. Mis favoritos varían entre la “Coxinha de frango” (me divierten mucho los que vienen en forma de pera) que sería una bola de suave harina con relleno muy sabroso de pollo que se frie dando una crocancia por fuera y un relleno suave. Otros petiscos son las “Torradas de Alho” (tostadas al ajo), Pao de queijo (pan de queso que resultan toda una adicción), “Bolinho de bacalhau” (bolitas de bacalado fritas), “Camarão frito” (Camarones apanados y también tienen la deliciosa variación de camarones al ajo) y el “Pastel” que sería lo que conocemos como empanaditas rellenas de carne, pollo o camarones principalmente. ¿Ya te dio hambre? Porque si deseas algo más cercano a un almuerzo me inclino por un plato de picanha grelhada con fritas, vinagrete arroz branco, feijon e farofa ( Un buen trozo jugoso de carne grillada acompañado de papas fritas, la vinagreta vendría siendo una especie de pebre que incluye tomates, cebolla, pimentones y vinagre siempre presentada aparte como opción para acompañar), clásico arroz blanco, el incondicional poroto negro y la farofa para espolvorear sobre el arroz. La farofa es harina de mandioca que usualmente va saborizada; a veces con tocino, ciboulette, huevo…depende de donde la comas. Tip de viaje: de un plato asi comen dos! Ya te veo con hambre así que vamos a pedir lo que desees para que pruebes algo nuevo. Es la gracia de viajar, no crees? Experimentar.
Así que nos vamos caminando desde el puesto de comida hasta la arena nuevamente con la pancita llena y el corazón contento. Te propongo que no hagamos lagartijas, caminemos un rato por la orilla. Podrás observar a los cariocas con cuerpos dorados en perfecta alineación con la paz entre diferentes personajes que, a los ya mencionados anteriormente, ahora también suman vendedores de lentes de sol, de bikinis muy lindos y baratos, heladeros, y tatuadores de hena. El mar sigue con su rítmica canción del oleaje que ya hizo sincronía con el latir de tu corazón. Las huellas que vas dejando en la arena de oro se van borrando con el oleaje y me hace pensar en lo efímero que somos. Siempre queremos avanzar, dejar huellas pero hasta físicamente aquí, es imposible. Solo queda respirar profundo, levantar los brazos al sol y dejar que la brisa marina te envuelva en un beso mágico.
La próxima vez que vengamos podemos intentar hacer surf… mas bien tu lo puedes intentar porque nunca consigo ponerme en pie. Yo mientras te puedo tomar fotos, reir de ti a carcajadas y trabajar en mi bronceado perfecto desde la orillita.
No sé qué hora es pero comienzo a percibir que se acerca el atardecer. La marea comienza a subir y emprendemos el camino de vuelta esquivando niños que corren desde el agua entre gritos de alegría. Podemos hacer una última parada por “açai”, quieres? Esa es la mirada que me gusta! Nos entregan un vaso con un sorbete de este maravilloso fruto amazónico refrescante. En su estado natural luce como un arándano y es altamente vitamínico. Eso y el guaraná te dejarán listo para enfrentar a todo un ejército de grises trajeados estresados.
Sí, ya es hora. No te quiero regresar a la oficina pero ya no tienes ojitos de alcancía.
Ya estas más que despierto, no? Me gusta eso. Que me acompañaras. Que te pudiera mostrar una de mis ciudades favoritas a través de mis ojos. Luces como un camarão pero un camarão feliz! Solo avísame y viajamos juntos de nuevo; queda mucho por probar.
Mujer con cuchillos
martes, 6 de octubre de 2015
lunes, 31 de agosto de 2015
Collide.
Es extraña la forma en que funciona la mente. Pensé que una vez terminada la universidad me relajaría absolutamente. De hecho, en un rincón muy oscuro de mi mente, me imaginé en pleno verano bebiendo piñas coladas (brebaje que, por cierto, detesto con mi alma), con un mar turquesa, piel tostada con aroma a sol y unas cuantas palmeras para romper un delicioso y brillante cielo azul… supongo que, ante las expectativas de vacaciones, a mi cabeza no se le ocurrió detenerse en el pequeño detalle de que aun estamos en invierno. Fue triste despertar unos días después de acabada la universidad y ver que caían perros y gatos desde el cielo y que esa piña colada no tenía más remedio que reemplazarse por un navegado bien caliente.
En fin, pensé que me pondría a actualizar el blog que tengo absolutamente botado, que ordenaría mi closet, que dormiría hasta medio día, que leería muchos libros y vería toneladas de películas y series. Ya saben, para actualizarme por efecto “tesis-no-tengo-vida”. ¿La verdad? La cama me sigue sacando a patadas desde las 7:30 am, no hay piñas coladas, he leído varios libros en este mes de vacaciones (5 nuevos y uno viejo para que vean que en este país si se lee, señores!) y reviví Grey’s anatomy por buscar algo de dolor y sufrimiento con un dressing de lágrimas – Nuevamente en este punto sospecho que la tesis dejó un forado en mis últimos meses- Ya voy a llegar al punto, paciencia. La cosa es que hoy me entretuve plantando unos minúsculos brotes de amapolas que me regalaron y me cayó la teja de que no había escrito nada acá. Mi amiga imaginaria responsable me hizo todo un análisis psicológico sobre el tema y lo ridículo de todo es que extraño la universidad.
Si, lo sé. Nadie extraña la universidad.
Solo yo.
Pero extraño mi rutina, mis amigos, a los profes, el aprender algo nuevo día a día. Es extraña la forma que funciona la mente, ¿eh? Supongo que, ridículamente, si no escribía que se había acabado pues, no se había acabado. Hey! Cada cual tiene sus formas de hacer duelo y para mi fueron 4 años maravillosos. Así que me quedé con las manos embarradas en medio de un día que si parecía verano, pensando que era hora de cerrar también aquí el ciclo. Así como en este mes de vacaciones decidí tomar aire, dar un paso al lado con algunas almas, cerrar fb por unos cuantos días, ordenarme, cortar, restablecer y retomar pues, faltaba este pedazo de mi mundo que partió justamente mi primer semestre.
No soy la de ese entonces y supongo que en 4 años más podré leer esto y ver que nuevamente no soy la de ahora. Esperando entrar a trabajar pronto, con altas expectativas puestas en mi y en esas ínfimas amapolas que planté a ver si sobreviven a diciembre para colorear la navidad. Cada vez que jardineo me vienen esos momentos de reflexión con tintes existencialistas que me hacen cuestionar dónde estoy, para dónde voy y que quiero. Tal vez es el contacto con la tierra, el barro, el volver a ser niña de nuevo que me hace entrar en esos estados iluminados en que todo puede ser posible. Me inspiro. No debería generar este efecto hacer hoyos en la tierra con una pala odiosa pero al menos puedo hacer algo por el planeta mientras escaneo mi existencia con lupa como si fuera un insecto.
Es como lo mismo que me pasa en el gym con la diferencia que en el jardín no estoy preocupada de respirar profundo, un paro cardíaco o salir disparada desde la trotadora indignamente.
Como seres humanos vivimos deseando cosas pero creo que, las más de las veces, no sabemos realmente qué diablos estamos pidiendo. Creemos que lo sabemos pero no tenemos ni idea. No sabemos con certeza, si eso que deseamos efectivamente nos hará bien o nos reportará algún beneficio.
Creemos que sí porque al final del día todos somos pequeños ególatras.
Por eso nos ofuscamos y reclamamos cuando algo no sale de acuerdo a lo que esperamos. Todo el tiempo creemos saber qué es exactamente lo que nos conviene. Decimos que tenemos claro lo que queremos pero considero que la mayor parte del tiempo, simplemente improvisamos (con caras de que sabemos lo que estamos haciendo pero improvisamos rogando que todo salga bien). Supongo que en eso se resume mi reflexión de estos últimos meses. Tal vez, lo que nos sucede o deja de suceder obedece a otro fin que efectivamente si contribuye mucho más que ese deseo inicial improvisado nuestro.
Alguna vez leí que, para alguna filosofía oriental, no veníamos a esta tierra para ser felices sino para aprender. Ya, ya, antes de que prendan la hoguera, saquen las pancartas, convoquen la marcha y armen las orcas piensen un poco en la idea. Últimamente es muy cliché buscar aquello que te haga feliz como si fuese un derecho adquirido; nadie se puede oponer a que tu alcances la felicidad! pero ¿Y si ese no fuese realmente el fin último de nuestra existencia?, ¿Si la misión en tu vida fuera otra cosa?
Demasiado jardineo por hoy parece…
Extraño la u. Extraño aprender más. No es tan entretenido tener ansias de más y que todo el mundo te diga “aprovecha las vacaciones, no hagas nada” cuando mi cabeza anda buscando qué inventar – y ser autodidacta lleva a varios errores… entre otros, aprendí que el queque de vainilla con trozos de chocolate y nutella cae por peso al fondo del molde. Nada de distribución equitativa de los trozos de chocolate con ánimos sindicalistas y la nutella marmoleada-.
Estos meses llegue a la conclusión que soy feliz aprendiendo. Aun cuando improvise, aun cuando a veces me paralice por miedo, me gusta saber que me acuesto sabiendo algo nuevo que al amanecer ignoraba. Tal vez no llegué a esta vida para hacer grandes hazañas, tocar muchas almas, seguir el plan esperado para una mujer o dejar una gran huella. Tal vez solo vine a dar una vueltecita y aprender, cocinar, plantar algunas cosas, abrir y cerrar buenos ciclos, improvisar y juntar algunas letras.
Disfrutar el camino que va con muchas vueltas y buenas vistas junto a los que me quieran acompañar.
Canción del Momento: Collide de Howie Day.
En fin, pensé que me pondría a actualizar el blog que tengo absolutamente botado, que ordenaría mi closet, que dormiría hasta medio día, que leería muchos libros y vería toneladas de películas y series. Ya saben, para actualizarme por efecto “tesis-no-tengo-vida”. ¿La verdad? La cama me sigue sacando a patadas desde las 7:30 am, no hay piñas coladas, he leído varios libros en este mes de vacaciones (5 nuevos y uno viejo para que vean que en este país si se lee, señores!) y reviví Grey’s anatomy por buscar algo de dolor y sufrimiento con un dressing de lágrimas – Nuevamente en este punto sospecho que la tesis dejó un forado en mis últimos meses- Ya voy a llegar al punto, paciencia. La cosa es que hoy me entretuve plantando unos minúsculos brotes de amapolas que me regalaron y me cayó la teja de que no había escrito nada acá. Mi amiga imaginaria responsable me hizo todo un análisis psicológico sobre el tema y lo ridículo de todo es que extraño la universidad.
Si, lo sé. Nadie extraña la universidad.
Solo yo.
Pero extraño mi rutina, mis amigos, a los profes, el aprender algo nuevo día a día. Es extraña la forma que funciona la mente, ¿eh? Supongo que, ridículamente, si no escribía que se había acabado pues, no se había acabado. Hey! Cada cual tiene sus formas de hacer duelo y para mi fueron 4 años maravillosos. Así que me quedé con las manos embarradas en medio de un día que si parecía verano, pensando que era hora de cerrar también aquí el ciclo. Así como en este mes de vacaciones decidí tomar aire, dar un paso al lado con algunas almas, cerrar fb por unos cuantos días, ordenarme, cortar, restablecer y retomar pues, faltaba este pedazo de mi mundo que partió justamente mi primer semestre.
No soy la de ese entonces y supongo que en 4 años más podré leer esto y ver que nuevamente no soy la de ahora. Esperando entrar a trabajar pronto, con altas expectativas puestas en mi y en esas ínfimas amapolas que planté a ver si sobreviven a diciembre para colorear la navidad. Cada vez que jardineo me vienen esos momentos de reflexión con tintes existencialistas que me hacen cuestionar dónde estoy, para dónde voy y que quiero. Tal vez es el contacto con la tierra, el barro, el volver a ser niña de nuevo que me hace entrar en esos estados iluminados en que todo puede ser posible. Me inspiro. No debería generar este efecto hacer hoyos en la tierra con una pala odiosa pero al menos puedo hacer algo por el planeta mientras escaneo mi existencia con lupa como si fuera un insecto.
Es como lo mismo que me pasa en el gym con la diferencia que en el jardín no estoy preocupada de respirar profundo, un paro cardíaco o salir disparada desde la trotadora indignamente.
Como seres humanos vivimos deseando cosas pero creo que, las más de las veces, no sabemos realmente qué diablos estamos pidiendo. Creemos que lo sabemos pero no tenemos ni idea. No sabemos con certeza, si eso que deseamos efectivamente nos hará bien o nos reportará algún beneficio.
Creemos que sí porque al final del día todos somos pequeños ególatras.
Por eso nos ofuscamos y reclamamos cuando algo no sale de acuerdo a lo que esperamos. Todo el tiempo creemos saber qué es exactamente lo que nos conviene. Decimos que tenemos claro lo que queremos pero considero que la mayor parte del tiempo, simplemente improvisamos (con caras de que sabemos lo que estamos haciendo pero improvisamos rogando que todo salga bien). Supongo que en eso se resume mi reflexión de estos últimos meses. Tal vez, lo que nos sucede o deja de suceder obedece a otro fin que efectivamente si contribuye mucho más que ese deseo inicial improvisado nuestro.
Alguna vez leí que, para alguna filosofía oriental, no veníamos a esta tierra para ser felices sino para aprender. Ya, ya, antes de que prendan la hoguera, saquen las pancartas, convoquen la marcha y armen las orcas piensen un poco en la idea. Últimamente es muy cliché buscar aquello que te haga feliz como si fuese un derecho adquirido; nadie se puede oponer a que tu alcances la felicidad! pero ¿Y si ese no fuese realmente el fin último de nuestra existencia?, ¿Si la misión en tu vida fuera otra cosa?
Demasiado jardineo por hoy parece…
Extraño la u. Extraño aprender más. No es tan entretenido tener ansias de más y que todo el mundo te diga “aprovecha las vacaciones, no hagas nada” cuando mi cabeza anda buscando qué inventar – y ser autodidacta lleva a varios errores… entre otros, aprendí que el queque de vainilla con trozos de chocolate y nutella cae por peso al fondo del molde. Nada de distribución equitativa de los trozos de chocolate con ánimos sindicalistas y la nutella marmoleada-.
Estos meses llegue a la conclusión que soy feliz aprendiendo. Aun cuando improvise, aun cuando a veces me paralice por miedo, me gusta saber que me acuesto sabiendo algo nuevo que al amanecer ignoraba. Tal vez no llegué a esta vida para hacer grandes hazañas, tocar muchas almas, seguir el plan esperado para una mujer o dejar una gran huella. Tal vez solo vine a dar una vueltecita y aprender, cocinar, plantar algunas cosas, abrir y cerrar buenos ciclos, improvisar y juntar algunas letras.
Disfrutar el camino que va con muchas vueltas y buenas vistas junto a los que me quieran acompañar.
Canción del Momento: Collide de Howie Day.
lunes, 29 de junio de 2015
Tercera parte de las Frases Típicas de Tesis.
Ya, para los que habían pedido la tercera parte de las frases, aquí van!!!
Agreguen las que faltan ;)
Agreguen las que faltan ;)
1.
“Estoy más
sola que Han Solo”- Pero ese está por partes. –Ese es Hans Pozo!!!
2.
“Los
murieron?... O sea ¿Los mataron?”
3.
“¿Cuánto
sale un empastado?”
4.
“Le voy a
enviar un profe al mail”
5.
“¿En qué
letra estamos? – Arial 12, -Ok entonces Arial 11 – ¡Pero si es 12! – Será 11
porque si no, no cabe la cagá de cuadro, ok?!!!”.
6.
“Tengo un
problema… No encuentro las cartas Gantt que hice!”
7.
“ Un
ponigaso tiene mucho más sentido que un ponicornio”
8.
“Pero si
eso estaba escrito más abajo en el informe profe…! Ve? ¡Y usted escribió que no
estaba!”
9.
“Cómo se
arma una Carta Gantt?”
10.
“Tenemos
que salir de cacería”
11.
“¿Viste
que la estupidez se concentra en las bolas?”
12.
“Se borró
lo que escribí? Qué raro!”
13.
“¿Ya lo
enviaste?,- ¿Qué cosa?, - Tu corrección, qué más va a ser? Una carta de amor?”
14.
“Profeee!
Responda el mail. Levántese con ganas de hacer tesis pooor fis”
15.
“Tengo
unas ganas de comprar una granada…!!!”
16.
“Al fin un
párrafo bueno de corrido que no tengo que arreglar!... Sí, que miserable mi
comentario”
17.
“Deberíamos
hacer clones de Ballesteros y personalizarlos!”
18.
“No! Nada
de que ya estamos listas! No quiero saber de que algo se nos olvidó o hay una
cifra mala… No quiero escuchar Uppps de nuevo!!!”
19.
¿Qué nos
ponemos para la presentación?
20.
“Lee el
horóscopo!!!”
21.
“¿En qué
parte va el flujo? ¿Aquí?... ¿No?... Ya pero digan dónde?!!!”
22.
“Esta no
es mi calculadora, quiero mi calculadora!... Es que la tuya tiene las teclas
diferentes, no me gusta!”
23.
¿Ya te
compraste ropa formal?
24.
“¿Qué
archivo es? Pero le pusiste el mismo nombre?!!! Tengo 3 archivos diferentes con
el mismo nombre ¡¡¡¿Cuál es?!!!”
25.
“No puedo
estudiar el fin de semana, qué culpa tengo de que sea judío-cristiano?”
26.
El Nico me
tiró esa bola de masking tape en la cabeza!!!
27.
“¿Qué
significa este desorden?”
28.
“Lo
siento… es que estaba sacando los cálculos bajo presión y me equivocooooo!”
29.
“Quiero un
cuchillo… ¿Quién tiene un cuchillo?”
30.
“Qué estoy
haciendo…?, Quién soy?... Cómo me llamo?”
31.
“¿Dónde
vamos?”
32.
“Aprieta
el hoyo!!!”
33.
“Quiero
tequila!!!... Qué quiere decir esta corrección?”
34.
“te voy a contarte…”
35.
“El tiempo
pasa volando cuando te diviertes”
36.
“Pero es
tan pequeño, el mío es más grande”
37.
“Y si
armamos un fogón aquí en la oficina?”
38.
“Y Puga?”
39.
“Copeo y
pegueo lo de arriba?”
40.
“Lo pongo
después del punto seguro? Digo, seguido?”
41.
“No piensa ni reflexiona ni medita”
42.
“¡¡¡Señor
dame paciencia que si me das fuerza…!!!”
43.
“Tranquilidaaaad,
tranquilidaaad!”
44.
“Y tú qué
haces sin tu computador?”
45.
“Yo no soy
tan irresponsable, no sé por qué Dios me castigó con estos compañeros de tesis”
46.
“Espera!”
47.
“Tendríamos
que pener… digo poner”
48.
“Teniendo
tanto lugar para arruinar y escarbar ¡Tienes que destruir esta mesa al lado mío!”
49.
“Wn, he
bajado este archivo 9 veces y no sé dónde lo tengo!!! - ¿En Descargas?- Si,
puede ser…”
50.
“¿Aun no
entiendo qué están haciendo….en qué parte están? -En la Tesis y tú?
51.
“ Soñé con
Iron Man”
52.
“Sonamos!
La Clau dijo un garabato!”
53.
“Lo
siento, no puedo hacer nada. Aquí dice Microsoft Word No Responde”
54.
“Deja de
morder a tus compañeros de barco!”
55.
“Más vale
pájaro en mano que el río suene”
56.
“Oye ¿y
qué se hace con los indicadores?”
57.
“¿Cuándo
se entrega el informe empastado de tesis?”
58.
“¿Cuántas
presentaciones faltan?”
59.
“No se
dice terno, se dice traje! Terno es de rotos”
60.
“¿Qué te
pasó en el cuello? – Tesis!”
61.
“Si no
sabes entonces para qué lo quieres hacer, ah?!!!”
62.
“¿Nos
vamos a alisar el pelo para la presentación?”
63.
“En verdad
quiero tantas cosas! La mitad son animales y la otra mitad comida y alcohol”
64.
“¿Dónde
está Franco?”
65.
“Todos los
años viajo a distintos lugares distintos”…Oh! ¡Soy la Gary Medel del grupo!!!!”
66.
Soy la
elfo del grupo!
67.
A las
21:40 horas el viernes del partido de Chile-Bolivia: “Voy a ver si encuentro a
algún profe de matemáticas en el tercer piso…”
68.
“Así te
vas rajadita en el metro”
69.
“Ya! A las
7 cerramos los computadores y vamos a ver el partido!”
70. "Clau, va a salir la secuela de Trainspotting"- No sé, nunca fui fan de esa tesis"
70. "Clau, va a salir la secuela de Trainspotting"- No sé, nunca fui fan de esa tesis"
sábado, 30 de mayo de 2015
Frases de Tesis. Segunda parte.
Aquí van algunas frases entre la segunda y la tercera entrega. Al menos aún nos podemos reír de nosotros mismos.
1-
Aprieta
autosuma… Aprieta autosuma…. ¡¡¡APRIETA AUTOSUMAAAAA!!!
2-
Ah no, a ésta
ya la chupó el diablo.
3-
¿Alguien
tiene un ibuprofeno?
4-
Mami espérame
un ratio… digo rato!
5-
¿Ya les
envió la corrección del segundo informe?
6-
No quiero
comer otra galleta. Ya, solo una más.
7-
¿De verdad
tenemos que hacer inventario?
8-
Y qué
hacemos ahora? Es sábado! No podemos preguntar nada!!!
9-
Necesito
tomar un margarita.
10- Aumenta entonces un 20%...ya pone eso… no?
Estas segura del resultado? Sale… tanto?!!!
11- ¿Cuántos puntos tiene la exposición?
12- Tengo una duda… ¿Por qué el profe no nos dio su
whatsapp?
13- Este endulzante no endulza nada!
14- Deja de llorar y escribe.
15- ¿Se mencionan los 4 problemas y las 4
soluciones en la exposición?
16- Espérate déjame reiniciar esta mierda que ya se
quedó pegado Word!!!
17- Pero si no entendí… ¿Por qué me tratas así?
18- Ya me dio alergia nerviosa. ¡Mira! Tengo
granitos!
19- No más papas fritas!
20- Pero si está en el Portal! Porter! En el porter
si sabes lo que te estoy diciendo.
21- ¡No quiero ir a la vega mañana! ¡Me niego!
22- ¡Me comí el bicho! Puaj!!!
23- Tu no saltas al metro hasta que terminemos la
tesis! Después hace lo que quieras!!!
24- -Es toronjil!, – Que no, que es melisa, -No si
es toronjil… mi abuelita tiene plantado en su casa, ¡Es melisa!
25- Ya se cayó internet.
26- La
gananancia es de…
27- Mushossssañooos que…
28- Yo creo que nos va a preguntar algún cálculo y
vamos a saltar todas como pescaditos en el piso.
29- ¿Alguien quiere ir al baño?
30- Esto lo
reviso Jorgito, estoy segura!!!. Él fue el que le dijo “¿Cuáles papá?” y por
eso el profe, aún habiéndolo revisado en clases, lo marcó en la corrección!
31- Por lo menos tenemos un problema cerrado
(jueves 21 de mayo a las 15:58 hrs)
32- Ahhhh! Toronjil y melisa es lo mismo!!!
33- ¿Quién tiene un pañuelito?
34- -Después puedes hacer Pareto si no te molesta.
– Jajajajajaa, te podrías ir a la cresta, si no te molesta.
35- ¿Cómo vas a justificar eso?
36- Franco baja la música o juro que te castro!
37- -Vamos a terminar este problema, ahora ya?
–Terminamos todo hoy aunque nos quedemos hasta las 5 de la mañana. –¡Tú te
quedarás hasta las 5 de la mañana, lo que es yo…!
38- Por qué nos lanzamos de primeras? ¡¡¡¿Por
qué?!!!
39- ¿Hay que llenar el papelito con la firma del
profe de gastronomía para esta entrega?
40- ¿Y si compramos una freidora para la oficina?
41- Pato, pato, pato, pato; me siento como Rafa de
Los Simpsons.
42- ¡Escribe más rápido!
43- ¿Dónde anda el Almirante?
44- Oye...
Y tú que te veo riendo, ¿Qué problema estás redactando?
45- Allá va la profe Tatiana! ¡Alguien que la
taclée que necesito preguntar algo!
46- ¿Qué formulita? ¿De qué me estás hablando?
47- Tranquilaaaaa, si el profe no te preguntará
eso…
48- Después de leer un gran párrafo la otra dice
siempre “Lee de nuevo por fa, no te estaba escuchando”.
49- ¡No pongas videos hoy!, ¡No Matías, no es
broma!
50- ¿Cuántas páginas llevan?
51- ¿Qué significa este puntaje de corrección?,
¿Cuántos puntos tiene la pauta final?
52- Estamos en punto muerto.
53- Voy al super ¿Alguien quiere algo?
54- Yo creo que nos re jodió este jueves, no
podemos acosar a ningún profe.
55- ¡¡¡No!!! Se murió mi laptop!!! (la muy
vivaracha conectó el enchufe de la zapatilla a la misma zapatilla)
56- Ya! Sigamos por fa!
57- -Chicas ¿les preparo un pancito? (silencio
sepulcral), ¿Les presento un pancito o no? – Clau sale del modo tesis!!!!
58- No me chites!
59- Este tipo nos está mintiendo! ¡Estoy segura!
60- - Ya, ahora tengo que pasar todos los cálculos
a Excel, - ¿Por qué los tienes que pasar a Excel?, - Bueno le tomas una foto y
lo pegas en el informe si quieres!
61- ¿Qué mas falta?
viernes, 8 de mayo de 2015
Bitácora del Capitán: Frases de Tesis.
Bitácora del Capitán: Aquí
dejo la primera recopilación de las frases en alta mar:
1.
¿Y… cuándo
se entrega?
2.
Si nos
queda poco, de verdad no te preocupes. Vamos a casa. Mañana a las 5 de la tarde de mas que estará
todo terminado. Te lo doy firmado.
3.
¿Trajiste
computador?
4.
Oye… ¿Cómo
hiciste –inserte aquí la ‘duda existencial´?
5.
Ahí viene
el Profe!!!
6.
Me duele
la guata, la espalda, las muñecas, la cabeza, la uña chica del dedito pequeño
del pie!
7.
¿A qué
hora nos juntamos mañana?
8.
No creo
que esto sea tan complicado…
9.
¡Ballesteros,
Ballesteros, Ballesteros!
10.
Chicos no
se vayan que la Clau nos va a pegar!
11.
Y si
el Plan A no funciona… ¿Cuál es el Plan
B?
12.
¿Van a
estar en la oficina?
13.
¡Profe no
huya!
14.
Necesito
otro café.
15.
A la
mierda! Me voy a estudiar fotografía!
16.
Ya me
quieren llevar de nuevo a la biblioteca…!
17.
Si escribo
6 páginas por día demás que termino la tesis para el viernes.
18.
Canto
quejumbroso: “Toooodo se durrumbó, dentro de miiii, dentro de miiiiii”
19.
¿Quién
trae el hervidor mañana?
20.
Ya! Sigamos!!!
Que han pasado dos horas y seguimos pegadas en el mismo párrafo!!!
21.
Estoy en
hora Warner.
22.
¿Quién
tiene un cigarro?
23.
Ya es
tarde! Empezaron a sonar las campanas de la iglesia.
24.
¿Y se
hacemos una vaquita para cigarros?
25.
¡No quiero
hacer nada!
26.
Y… ¿Cuándo
raptamos a Jorgito?
27.
Y si nos
damos un recreo?
28.
¡Quiero un
chocolate!
29.
Tengo paja!
30.
Cuando
terminemos esta mierda tenemos que hacer un carrete destructivo.
31.
Oye… ¿Y
qué nos vamos a poner el día de la presentación?
32.
¡Quiero
una piscola!
33.
¡El
balance no me cuadra!
34.
Quiero a
mi mamá.
35.
Asi no se
puede… El otro barco ya partió el mambo!
36.
Oye ¿Y qué
iba en este informe?
37.
¡¡¡Se pueden
callar!!! (a cualquier persona que esté hablando más fuerte de lo habitual en
la cafetería)
38.
¿Alguien
trajo alargador?
39.
Aght
rayos! La Oficina esta ocupada!!!
40.
Has ido
guardando lo que hemos avanzado ¿Cierto?
41.
Cuándo
entregan las notas?
42.
Si me saco
un rojo en uno de los informes ¿Igual paso la tesis?
43.
¿Será
necesario hacer esto?- Noooo, déjalo así no más.
44.
Sinónimo
de…?
45.
¿Quién
sabe citar APA?
46.
Oye! Word
hace el índice solo! No tengo idea cómo!
47.
Deja el
párrafo en rojo, preguntamos bien y luego lo cambiamos.
48.
¿Hay que
hacer gráficos?
49.
Avanzamos
harto hoy: la portada, el índice y los agradecimientos!
50.
¿Graficaste
el punto de equilibrio?
51.
Se me
acabaron los cigarros y compré la cajetilla en la mañana!
52.
Mierda! No
agregamos eso en la cadena de valor. Ya! Sube, sube!!!
53.
Ayuraaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
54.
Quedan “X”
días para entregar la tesis.
55.
¿Alguien
sabe en qué sala esta dando clases el profe Ballesteros?
56.
No sé para
que me hacen escribir si saben que redacto mal!
57.
“Protocolo
de seguridad activado”
58.
Ah no ¡Conmigo
no, perrita!
59.
¡Quiero mi
cama!
60.
¿Quién
cresta me mandó a estudiar esto?
61.
¿Cómo cito
a pie de página?
62.
Léase en
tono quejumbroso: ¡¡¡No sé cómo hacer esta wea!!!
63.
Todo barco
tiene su capitán.
64.
Yyyyyy
REMEN! Y REMEN!!!
65.
Oye…Y el
Profe Sepúlveda dónde anda?
66.
Me quiero
ir.
67.
Cantando
en período de colapeso nervioso: “ Y si hacemos un muñeco, ven vamos a jugaaar”
68.
- ¿Y tu
qué estás haciendo? – Buscando memes para la tesis…- Y ¿Por qué no te pones a
trabajar mejor?.
69.
Y será
necesario legar taaaan temprano mañana?
70.
Porter y
la CTM!
71.
Tengo
derrame en un ojo.
72.
Yo creo
que el profe ni leerá esto.
73.
Escribe no
mas… después lo ponemos “bonito”
74.
¡Uggghhht!!
No sé por qué no me hacen caso!
75.
¿No
habíamos hecho eso ya?
76.
Espera…
lee de nuevo que no te entendí nada.
77.
¿Cómo te fue
en el primer informe?
78.
Wn! Soñé con
la tesis!
79.
Mañana si
que si nos ponemos las pilas!
80.
Para de
sacarme cigarros!!!
81.
¿Y… qué
nos falta?
82.
No si
estamos listos! Mañana solo nos faltan los detalles.
83.
Ya nos
tenemos que ir. En la cafetería partió Pituca sin Lucas.
84.
Franco
¡Baja el volumen!
85.
Paren de
fumar que me molesta el humo!!!
86.
Yo si
quiero trabajar ¡Son ellos los que no me dejan!
87.
¿Me dan
una tacita de café?
88.
Ya deja de
hablar en arameo!
89.
Espérate, espérate
que necesito ir al baño.
90.
Estas van
a ser las últimas papas fritas ¡No mas!
martes, 28 de abril de 2015
Bitácora extendida del Capitán:
Desde que salimos del
puerto rumbo a al paraíso prometido, esta travesía va con brújula incierta y
sospecho que el único bellaco que sabe exactamente dónde diablos estamos es el
Loro Parmentier… Pero no debo adelantarme; toda historia tiene un comienzo y
esperemos, con la ayuda de San-guchito, también un buen final.
El punto de partida fue
la misión. Llegar a una tierra llamada “Egresados”. Para ello, debíamos llegar
un lugar perdido en medio de la nada, casi cayéndose de este mapa roñoso que
tengo entre las manos, llamado “Tesis”. Se nos dijo que sería fácil, remar un
poco, ser constantes y asunto resuelto.
¡JA! Los vendrán a buscar todos los monstruos
marinos por falsas ilusiones!!!
En un comienzo la
tripulación lucía normal. Partimos un día soleado con ese viento preciso que
vaticina memorables aventuras con un cálido sol de un verano que ya se
despedía. Día de aguas turquesas con aroma dulce a jazmines azóricos. La
jornada era simple: El día partía a las 8 am trabajando en el barco y acababa a
las 19:00…a veces 20:00 diciéndonos unos con otros “Vamos super”, “como avión”,
“nos sobrará tiempo para entregar el primer avance y que el profesor le dé una
mirada antes”. Si siguieron atentos las Bitácoras del Capitán, nada de ello
acaeció. Ya hacia el primer mes comenzaron las primeras señales de alerta. Ahora las páginas se suceden unas con otras
describiendo algunas conductas extrañas (el Capitán tacha “algunas” y escribe “muchas”
con letras mayúsculas con los ojos entre cerrados).
La primera voz de
alarma fue recoger a una vegana en un bote a la deriva que asusta a la
tripulación cuando anda estresada. Recorre el barco con café y mate dando
ánimos a los marineros hasta que le toca prueba y se manda a cambiar
maldiciendo como estivador irlandés no sin antes arrojar una bolsita de
rocklets que se pelean los marineros en plena faena de remos.
Luego, al mes de
navegar mar adentro, la tripulación (incluyendo a la nueva marinera vegana) comenzó a presentar los primeros episodios de bloqueos, risotadas eufóricas, alergias, calambres, ojos fritos y un extraño crujir espantoso de espalda tras remar todo
el día. Las primeras quejas de “¡¿Quién
me mandó a estudiar esto?!”, los primeros cantos “… todo se derrumbó dentro de mí,
dentro de ti…” y las primeras súplicas “tal vez viene un sismito de mediana
intensidad y zas! Nos dan más días de plazo” empezaron a ser usuales de
escuchar en la cubierta del barco. El viento cambió y las nubes comenzaron a
arremolinarse sobre nuestras cabezas.
No sucedió nada mas
que remar, tratar de elongarse sentados todo el día, beber té y café como
condenadas. Solo mar y más olas que levantaban el barco para luego darnos el
estómago vuelta cuando iba en bajada sobre las aguas turbulentas.
Un buen día apareció
un loro al que llamamos “Parmentier”. Solo sabemos de él que le gustan las
galletas, aparece en la hora Warner (de 18:00 usualmente hasta las 19:00 donde
todos nos reímos de nada a carcajada limpia y con caras de locas) y que una
marinera le tiene especial cariño porque le grita eufóricamente “Una galletita!”
como el loro de Aladino.
Al acercarse la fecha
en que ya debíamos llegar a la primera isla de descanso para reponer agua dulce
(y ron, tequila, pisco y un fin de semana de diversión) comprendimos que no estábamos
aun ni remotamente cerca de donde debíamos estar. La tripulación se volvió
errática, susceptible, con risa nerviosa que cambiaba a risotadas para luego
caer en abismos de silencio con la mirada perdida en un lejano horizonte. Me
encantaría decir que fuimos los únicos pero otros barcos estaba igual o peor
que nosotros. De pronto ya teníamos, junto a otros barcos, ocupado zonas del mar abierto destinadas a
los delfines, los pulpos y musarañas horrorosas de la U con cables, laptops,
hervidor y una gran montaña de cachivaches útiles desde paracetamol, té a un
enorme termo. Nos volvimos hostiles y amenazamos a muerte a más de un tonto
delfín que hablaba con megáfono en nuestra zona de remos. Si hubiese tenido un
garfio por mano juro por San-guchito que mas de alguno hubiese sucumbido ante
éste (ya nos encargaríamos del cuerpo lanzándolo por la borda a los tiburones!
La consigna es eliminar evidencia!!!)
Los cálidos
atardeceres dieron paso a temperaturas frías y noches invocantes a sopas y
lejanas camas con scaldasonnos. En medio de esta odisea de montaña rusa, recogimos
a otra marinera perdida que clamaba por ayuda y el loro Parmentier se daba a la fuga perdiéndose por horas vaya saber uno dónde. Los
barcos vecinos comenzaron a volverse silenciosos y ello dio paso a la época de
los quejidos colectivos como almas en pena, de tomarse la cabeza a dos manos, de
correr por la borda con los laptops en la mano gritando “¡El balance no me
cuadra!” y a invocar a profesores guías murmurando con fe tres veces su
apellido. Pero claro, como Winter is coming!, los muy astutos profesores guías
desaparecieron del horizonte buscando nuevas rutas para desplazarse entre la
sala de profesores y las salas de clases pasando desapercibidos ante nuestras desesperadas narices (¡Sospechamos de brujería de antaño, verdaderos pactos con el cuernudo!)
Los marineros de todos los barcos unimos fuerzas y nos pasábamos el dato de
dónde se encontraban en todo momento una vez que eran ubicados a fin de seguir
intentando resolver dudas. Si hubiésemos podido, les escondemos un gps para
tenerlos plenamente a la vista…
[Nota mental: No
descartar ese plan aun!]
Si señoras y señores,
fueron momentos muy oscuros.
Al acercarse la
inminente fecha de la llegada a la primera Isla llamada “Primer –inserte- aquí-la-palabra-soez-que-mas-le-guste-Informe”
el barco estaba deplorable. Crujidos de huesos, lamentos de frío, de hambre, de
vómitos, gritos de “esto no cuadra!” y plegarias al mas allá pidiendo desastres
naturales sin heridos que lamentar. El loro se arrancó el penúltimo día, justo
después de escuchar: “si nos faltan solo unos detalles”
¡Creo que aun escucho
la risotada de Dios, Buda y Satán en mis oídos!
Nunca confíen en esa
frase. ¡¡¡Nunca, nunca, nunca son solo detallitos!!! Horas arreglando “detallitos”
Horas interminables y a contra reloj! Detallitos ¡JA!
No sé bien como rayos
llegamos al Primer Informe. Solo sé que este fin de semana recién pasado los marineros
tuvieron chipe libre de invocar a Baco, Morfeo y a cuanta deidad encontraran
para relajarse. Aun estamos a la espera de la corrección pero creo que llegó el
momento de elevar anclas y encaminar el barco hacia la Segunda Isla: “Segundo-Informe-y-los-mil-demonios”.
Sinceramente, espero que la tripulación este repuesta para seguir adelante ya que volvió este bicharraco parlante de loro
para empezar a remar. Todo sea por la tierra prometida.
Que San-guchito nos
ampare… Marineros al barco! Y alguien que agarre al loro Parmentier por si debemos cocinar... ejem, para cuidar muy bien de él (Esta marinera vegana con complejo de estivador irlandés da buenas miradas fulminantes cuando se trata de animales...!)
¡Leven anclas y a remar!
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sábado, 7 de marzo de 2015
Crema de avellanas y Chocolate.
Hoy intenté
dormir siesta pero lo único que tenía en mente era: Nutella.
Los
que han venido a mi casa alguna vez saben que vivo lejos. Lo suficiente para
que me de lata ir al supermercado. El otro punto en contra que también había leído
es que esta deleitable pasta de avellanas tenía de todo menos algo sano y ni
hablar del nivel de grasas y aceites hidrogenados que uno saborea con éxtasis
en una cucharita. No lo voy a negar ¡Me encanta la nutella!
Y estaba
ahí dándole vueltas en mi cama con una receta vegana en la cabezota. Había
comprado las avellanas y tenía cacao amargo en polvo…era solo intentarlo. En el
peor de los casos sería una perdidas de adorables avellanas. La receta que
ocupé esta en el libro El Veganomicón pero por dos mini chascarros me vi en la
necesidad de modificarla así que aquí van los ingredientes:
-
150 gr. De
avellanas tostadas peladas (No arrugen la nariz! Se consiguen listas en
cualquier tienda naturista. Mi proveedor oficial es la tienda La Raíz)
-
60 gr. De cacao
amargo en polvo (yo ocupé Copacabana)
-
150 gr. De
azúcar flor.
-
80 ml de
aceite de maravillas. (La receta original decía 120 a 150 mínimo y sumando
hasta obtener la pasta con la suavidad deseada)
-
6
cucharadas llenitas de leche de soya en polvo (La receta original decía solo
dos. También la coseguí a precio económico en La Raíz.)
-
Esencia de
vainilla (puse unas dos cucharadas aprox)
-
Agua (ya
verán cuanto…!)
-
Unas 2
cucharadas de Frangelico (Yo no tenía así que lo modifiqué por amaretto)
Pues bien, necesitarán una 1,2,3.
Ya saben, estas maquinitas que muelen al contacto. Si las de ustedes esta media
muerta ni intenten jugar con esta receta que le fundirán el motor. El primer
desafío fueron las avellanas. Yo las había comprado tostadas y la receta además
decía peladas. No todas venían muy peladas así que me senté cual abuelita a
pasar sobre las que aun tenían algo de cáscara, un paño frotándolas con cara de
pocos amigos. Si ven la foto a continuación verán que no fui muy prolija en mi
trabajo.
Luego de eso viene la parte
entretenida: Todas en la máquina y a molerlas hasta que se forme una pasta. No
paren cuando esta ya media polvillo. El roce de las aspas sobre las avellanas
activará los aceites naturales de esta semilla y verán que, de tanto muele que
muele, se formará una pasta. ¡Muy bien! Me dije inocentemente mirando mi libro.
Hasta aquí todo de maravillas.
Luego, incorporé la azúcar flor
pero a mí me pareció excesivo tanta azúcar así que la rebajé 30 gr. Pensando también
que, si le hacía falta más, se le agregaba y listo. Incorporé junto con el azúcar
el amaretto, la esencia de vainilla, el cacao amargo en polvo y las dos
cucharadas de leche en polvo de soya.
Y fue entonces que me empezó a
quedar la pelotera.
Mi maquinita empezó a pedir a
gritos que le sacara parte de la mezcla porque era exceso de trabajo. Así que
tuve que vaciar todo en un bowl y mezclar con una cuchara hasta que fui
devolviendo en dos tandas a la 1, 2, 3 para incorporar el aceite de maravillas.
Ya había decidido de antemano que mi rica pasta de avellanas y chocolates no
tendría tamaña cantidad de aceite Me
negaba con todo mi ser. Me puse
de tope 80 ml de aceite. Ya adivinaran mi siguiente chascarro: ¡¡¡No quedaba
como pasta!!! Era mas parecido a una masa de chocolate y avellanas sin esa
suavidad característica.
Me di vueltas en la cocina. No… no
iba a transar en el aceite. Era demasiado!
Tenía aceite de coco que también
podría agregar pero era casi lo mismo.
Así que me acerqué a la máquina, y
agregué dos cucharadas mas de leche de soya en polvo, un poco de agua y un poco
de esta masa de avellanas y chocolate. En menos de un minuto obtuve esa
pastosidad y suavidad que buscaba.
¡Eureka!
El truco para ahorrar tanto aceite
para mi fue incorporar otras dos cucharadas mas de leche de soya en polvo a lo
que me quedaba de mezcla, un poco de agua y pasar todo por la 1, 2, 3 una vez
mas y listo. Asunto resuelto!
¿Qué les puede decir? Es una receta
simple y super fácil si no tardan como yo en dilucidar como reemplazar
ingredientes para salir del entuerto. Es la primera vez que me atrevo con una
de estas recetas y quede muy feliz. Se siente mucho mas el sabor de las
avellanas y el chocolate que la marca tradicional y no queda la lengua tan pastosa. En todo sentido, un
éxito. Plenamente conforme con mi nuevo descubrimiento.
Imagino que debe durar una semana
en el refrigerador en óptimas condiciones. No sé si esté tanto tiempo en el mio
pero ya tengo algo dulce que cucharear cuando me baje la desesperación por
chocolate. Estoy full comida sana y gym pero no dejo el chocolate. No se
transa.
Así que espero que pongan manos a
la obra por esta pasta de avellanas y chocolates, más sana. La harán en casa y
sabrán exactamente qué contiene, sin nada extraño, sin esos tóxicos elementos
que finalmente nos terminan dañando ¿No es maravilloso? A tope siguiendo estos
pasos se demorarán unos 20 minutos.
Quedo atenta a sus consultas.
Los quiero!
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