Tengo que aclarar
algo: ¡¡¡Estudiar o ser egresado de Gastronomía no significa tener una pareja a
la carta!!! Digo que estudio gastronomía e inmediatamente me dicen “¿Qué me vas
a cocinar?”
Raudamente salta en mi
cabeza una voz en off que responde: “Que qué te voy a cocinar? Déjame ver... Partamos por un
garrotazo y, de principal, un ojo en su tinta!!!” No vamos con el sartén al hombro, no llevamos
aceite de oliva en vez de perfume y créanme que no somos bellos genios
esperando por un nuevo deseo, ese nuevo caprichito a cumplir en sus mesas. Ok, estoy generalizando
porque seguramente hay más de alguno que sea así pero, en verdad, que me es
llamativo el tema!
Hablaré por mí. Me
encanta cocinar, es claramente mi pasión (junto con ver una buena película,
acurrucada en buena compañía jojojo) y tiendo, por un defecto que aun no logro
corregir, de mimar a las personas que quiero con comida.
No sé si cuando era
pequeña me premiaron mucho con comida o me demostraron afecto con ella pero
tengo ese mal. Si sé que a mi pololo le encantan los gnoquis, ahí estoy como
santa pelotuda haciendo gnoquis toda una mañana ¡Hasta le preparo el pesto en
casa! Si puedo regalonear con la comida lo hago pero es porque ya tengo un
vínculo con esa persona ¿Me explico? Quiero hacerlo sentir especial y lograrlo con un detalle como preparar
un plato es, simplemente, maravilloso. No hay mejor gratificación, para quien cocina, que ver
una sonrisa en quien lleva el tenedor a su boca. Siento que estoy divagando pero seguiré igual... El asunto
es que me molesta que un idiota a quien con suerte le acabo de saber el nombre me lance la pregunta del millón. Ok, seré franca, me molesta hasta que un tipo
con el cual no tengo un vínculo muy cercano
-Ni si quiera una habitualidad de trato aunque sea por facebook- me la
lance. ¿Por qué tengo que cocinarle siempre al resto, ah? Ah!!! Ah???
¿Quién me cocina a mí?
Un consejo para los
que quieran conquistar a alguien del área gastronómica: Si desean
conquistarlo/a, cocínenle. No pidan que les cocinen, háganlo ustedes aunque
dejen la carne como suela de zapato, sirvan una mazamorra de pasta y compren helado de postre. Estamos acostumbrados a cocinar para otros pero no a que nos cocinen y eso si que los hace ganar puntos. Luego de ello verán que no
tendrán que pedir que les cocinen porque ese detallito dará pie a otro
detallito de vuelta. ¡Nos sorprenderán! Y entre detallito y detallito se arma
la mesa… O se levanta rápidamente... ¿No?
Muy buenooo!!!!!!!!
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