La verdad es que
estaba dispuesta a ver las noticias mañaneras con mi plato de piña y mi
delicioso café cuando mi sexto sentido comenzó a sonar. Fue como en las
caricaturas; me acerqué despacio al ventanal entre cerrando los ojos y los vi!
Sacando mi basura por todo el ante jardín!!! No los puedo culpar, son perros y
supongo que está en su naturaleza buscar algún tesoro en mi basurero como las
mujeres solemos buscar en un canasto que dice “ofertas”. Igual los odie un
poquito mientras mi humor negro jugaba a pensar “¿Y qué era esto antes de
llegar aquí?” cuando recogía los daños. Reparto de basura en un buen diámetro.
Ellos, porque eran tres, me miraban atentos desde la otra vereda esperando que
yo acabara sin sacar sus ojos de mi pala y escoba (sospecho que para volver
a buscar tesoros en el tacho de basura de nuevo).
Entré a buscar si me
quedaba algo de comida de perro en casa y nada. Les dejé un poco de arroz en un
platito pero sospecho que estos perritos no olvidarán fácilmente mi basura.
Resignada volví a mi café frío, a mis trozos de piña y a las teclas porque la
idea inicial de esta mañana era hacer el recuento del año. He visto videos de
recuento por fb, por instagram pero a mí me gusta juntar letras… Es extraño que
hace un año estaba casi lista para partir a España, el año nuevo lo pasé con un
grupo increíble de personitas en Figueres con parka, muerta de frío. Recuerdo
en algún momento haber mirado el cielo y haber dicho “Woooow! Estoy a no sé
cuántos kilómetros de distancia, totalmente sola y no estoy aterrada en pánico”
Viajé, me
perdí, volví y fue toda una experiencia!
Después de todo el aprendizaje enriquecedor de la práctica, lo que recorrimos con Aly fue aun más
maravilloso!
Partí el semestre atrasada un mes. No entendía
absolutamente nada en clases. Me costó repuntar, lograr entender los
jeroglíficos de las pizarras. Se pudo. Logré un buen promedio final pero me
sentía desgastada ¿Saben? Cansada. Lo sé porque lograba dormir siestas mayores
de veinte minutos.
El que diga que
gastronomía es solo cortar, saltear y servir está muy equivocado.
Mi segundo semestre
partió del terrock. Fue de cortes abruptos, de despedidas horrorosas y también
de reencuentros. Obtuve respuestas que no tenía hasta entonces producto del
alcohol y de estos aparatitos que permiten comunicarte a cualquier hora
perdiendo automáticamente la dignidad jaja! Dejar ir no es lo mío pero ya que estaba
en esas, con el dolor punzante, borré a otros tantos de mi vida que daban
señales de vida de manera intermitente y me hice la clásica e ilusa promesa de “no
más”. Me concentré en lo que mejor se
hacer, leer, leer, estudiar, estudiar. Supongo que esas respuestas que obtuve a
las dos am. sirvieron de alguna manera para coser a este tonto corazón y seguir
tranquila. Logré entender.
Así pues, corazón en stand by, solo quedaba
solucionar el ítem Cómo-pasar-el-segundo-semestre-y-no-morir-en-el-intento. Creo
que hablo por muchos cuando digo que los trabajos casi nos comieron vivos! Que
horrible tantos trabajos extensos de horas y días de nunca acabar que me iban
sacando capas de piel dejando el resto al rojo vivo.
Aunque escribo de todo,
me autocensuro en algunos puntos. Solo diré que un profesor muy serio me miró
fijamente y me dijo “¡Aprende a decir que no!”.
Y lo empecé a hacer.
(Y quedó la grande)
Hasta ahora, mirando
mi segundo cafecito con el sol a raudales, me pregunto si a veces es mejor
incluir al que no trabaja y fingir que lo hizo con tal de no tener problemas.
Fingir que llegó a tiempo, fingir que nunca abandonó en una salida a terreno,
fingir que investigó, fingir que tuvo interés y disposición, fingir… simplemente
fingir.
Se supone que cuando
te alejas de la niñez deberías tener más certezas. A mí me ha sucedido al
contrario: ahora soy menos categórica. Dudo más. Y me pregunto más.
Sería grandioso para
el ser humano volver el tiempo atrás pero nos volvería extremadamente inseguros
de las decisiones que tomamos, ¿no? Tal vez hasta haría que pensáramos menos en
lo que hacemos pues podríamos retroceder el tiempo y ya está.
No sé... Pensamientos oscilantes... Uuuuuh! Gané una nueva buena amiga. Si lees esto, gracias Tami por todas las risotadas!!! Fuiste un gran descubrimiento este 2014.
Este año ha sido de
locos. No importa la edad, siempre se sigue aprendiendo. Cuando crees que sabes
algo, alguien logra demostrarte que te faltan libros y mundo por recorrer. Sin
embargo, hay algo que tengo muy claro: No sé que me depara el destino; no sé
dónde rayos estaré el próximo año o si lograré cumplir lo que tengo en mente
pero si de algo estoy muy segura es que
el cierre del 2015 será un recuento de año aun más espectacular que el 2014!!!
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