martes, 27 de enero de 2015

Invitación de aromas y sabores.

Hace unos meses atrás comencé a hacer una lista de las 100 cosas que quiero hacer antes de morir. Si... una lista nada menor!!! Al principio asaltaron las ideas y luego desde la número treinta empecé a quedar corta de ideas asi que ahora la tengo en mi velador por si en la noche se me van ocurriendo nuevas cosas. Entre las que tengo ya anotadas me daba vuelta plantar lavanda porque vi en un reportaje que a las abejas- que cada vez son menos- les gusta mucho. Y ahi partió basicamente todo!



Ya a pasado el tiempo y me sorprendo cada vez mas por andar tentada por traer nuevas plantitas a casa. No sé si será porque me gusta la buena mesa que decidí cultivar mis propias hierbas aromáticas. Teniendo la Comunidad Ecológica a pocos paso con precios increíblemente baratos, cada vez que tengo algunos billetitos locos dando vueltas en el auto paso a buscar nuevos integrantes de la familia. Sé que no cambiaré el mundo por plantar de vez en cuando algo pero me gustaría que cada día mas personas se sumaran a este movimiento verde. No solo es gratificante comer algo cultivado por uno mismo sino que, además, creo que es una buena forma de luchar contra tanto cemento. Creo que hemos olvidado esa parte de contribuir al planeta aun con pequeños aportes.

Actualmente tengo:

1- Arándanos
2- Golden Berry
3- Albahaca
4- Cilantro
5- Perejil
6- Tomate Cherry
7- Pimiento Verde
8-Aji Rocoto
9- Aji Verde
10- Un ají desconocido pero picante como el diablo!
11- Rabanitos
12- Ciboulette
13- Hinojo
14- Lavanda
15- Hierba Buena
16- Melisa
17- Una Parra (brotó sola!)
18- Hinojo
19-Tomillo
20- Apio
21- Orégano
22- Romero
23- Laurel
24- Unos brotes de maracuya que no se si sobrevivirán despues del verano.
25- Frutillas
26- Melon



Se ve mucho pero lo tengo casi todo en jardineras profundas. Creo que en espacios pequeños como balcones se pueden realizar y ahorrar espacio armándolas escalonadas.



Así que les dejo la invitación de que planten su huerta. Es maravilloso cocinar con ingredientes frescos que con tanto cariño se van cuidando día a día.

domingo, 25 de enero de 2015

Tercera práctica y "Eso que nadie quiere hablar".

La verdad quise escribir desde el primer día de nueva práctica pero me contuve.

¿Por qué?

Para no pecar con la primera impresión. Para dar unas cuantas vueltas a la quinta y décima impresión. También para hacer balances y tal vez (y tras unas cuantas piscolitas ¡Broma! Estoy con un buen café al lado) sacar un buen saldo al respecto. Prometí cuando partí este espacio, que contaría lo bueno y lo malo. Pues aquí voy!


 Si soy honesta, les cuento que me duele hasta el pelo. Camino y me duele la espalda, me siento y me duele la espalda, levanto los brazos y taraaan! Otro tirón ya saben dónde. Y es que cuando postulé a esta práctica sabía que era administrativa, sabía que seguramente tendría que aprender a llevar la parte contable de una bodega que por cierto me aterrorizaba pero no me imaginé que iba a tener que levantar tanto peso! Los días se me van levantando cajas de leche, moviendo sandias, jugando con bidones de agua mineral por solo nombrar algunos de los maravillosos elementos insufribles que me aguardan impacientes durante el día junto a la otra santa practicante sin la cual yo sola probablemente ya habría tirado la esponja. Si, eso es lo malo que puedo decir de mi práctica.

 Lo bueno y que realmente a sido fantástico es que estoy aprendiendo a utilizar programas que en la vida me enseñaron en la universidad para llevar inventarios, costos de platos y otros ítems importantes. Como nunca los había empleado me a costado kilos comprender todo pero de a poco creo que lo voy logrando; es como un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad cada día que me siento con cara dormida con la tercera y hasta quinta taza de café pensando “Hoy si! Hoy lo haré mejor!”. Y a punta de porrazos también estoy aprendiendo a usar excel así que, en cuanto a aprendizaje, la balanza se inclina a favor. Mi jefe directo de este momento me tiene mas paciencia de lo que debería y sigue respondiendo mis preguntas de estos programas que para mi a veces resultan un buen misterio. Eso es lo bueno ¡Estoy aprendiendo algo absolutamente nuevo!

Yo…creo que necesito un buen traumatólogo.

Y vacaciones en algún lugar con palmeras y mucho sol.

Hay días que llego a casa tan coja que solo atino a sentarme y mirar al infinito preguntándome en qué diablos me he metido. Después pienso que es solo hasta marzo y en lo que estoy aprendiendo y se me pasan los monos. Luego, recuerdo la burla de “sueldo” que me pagan y me vuelve a dar una rabia endemoniada. Luego recuerdo que es hasta el 5 de marzo y se me pasa.

Mi calendario jaja!

Así me la llevo: con todos mis amigos imaginarios queriendo arrancar lejos, pensando qué ha sucedido con los hombres caballeros que ninguno de los de la cocina donde trabajo son capaces de decir alguna vez “¿te ayudo?” –puede ser que el ayudar desangre instantáneamente a una persona y yo no me he enterado- De hecho un día hice el experimento de arrastrar una caja de leche de un extremo a otro del lugar pasando entre ellos para ver si alguno atinaba y nada. ¡Ni se inmutaron!

Así que cuando es un mal día viene Mister Paracetamol.
Cuando estoy tiesa: Tramadol.

Cuando me voy haciendo pucheros a eso de las 16:30  es cuando mis amigos comienzan a recibir llamadas mias solo para escuchar una voz amiga que me haga pensar que tanto dolor valdrá la pena  para egresar este próximo mes de julio. Si no me contesta uno, sigo con el otro solo para que me hablen de cómo van sus vacaciones y así se me olvida mi enredo de emociones contradictorias. (Así que si me quieren llamas a las 16:30 es la hora perfecta!!!) De verdad me gusta aprender pero el dolor de espalda me tiene mal. Y pienso que, por último, tener un sueldo digno como practicante no es pedir demasiado.

¿Cierto?

Cuando ustedes van a comer a un restaurant o se hospedan en un hotel no tienen idea  a cuánta gente están empleando “casi gratis” como practicantes, que cumplen el mismo horario de un trabajador normal sufriendo las mil y unas porque, créanme,  los ponen a hacer las cosas que nadie mas quiere hacer la mayor parte del tiempo. Claro, porque cuando vas a comer afuera te fijas en la tendencia, qué tipo de comida ofrecen en el restaurant de renombre, en las críticas que puedan haber en diferentes plataformas pero no tienes idea qué sucede puertas adentro. Y la verdad es que la mayoría de los restaurantes contratan muchos practicantes al año que trabajan como un trabajador mas por un costo  inferior por lo cual es un negocio redondo ¿o no?  Todo consiste en rebajar costos.

¿Por qué creen que las empresas contratan tantos practicantes en verano?
Porque los trabajadores fijos que poseen tienen que salir de vacaciones. Y ¿Adivinen? Esos platos no se preparan solos.

¡Bienvenidos practicantes!

Si…ya me está dando rabia de nuevo. Y es que nadie le cuenta al cliente cuantos practicantes tienen en la cocina trabajando por tres pesos. Me pregunto también si al cliente le interesaría saber eso… si le interesaría saber qué sucede puertas adentro de los lugares que tanto disfrutan y si esa información seria decisiva al momento de escoger dónde ir a cenar esta noche. Si tal vez, ellos generaran finalmente un cambio de mentalidad en esta explotación retorcida al premiar al establecimiento que intenta hacer las cosas mejor que el del al lado.

Recuerdo que en España me contaron que El Bulli recibía practicantes de todas partes del mundo y no les pagaban nada, solo les daban si mal no recuerdo el alojamiento. ¿Soy yo la mal enfocada hoy algo malo en esta ecuación? Dos personas que hacen el mismo trabajo y esta bien, una de ellas que no tiene aun el título ni la experiencia de la otra, pero merece no tener sueldo pese a que trabaja sus 8 horas cada día?

Me encantaría ser solo yo la de la mala suerte pero si hablo con mis pares estamos todos, en mayor o menor medida, en la misma. Malos sueldos de práctica -si es que a la miserable suma se le puede llamar sueldo- labores a realizar que nadie más quiere hacer y  algunos de mis amigos soportando tonitos y tratos que dejan bastante que desear con jefes locos y explotadores. Gracias al de Arriba a mi solo me duele infinitamente la espalda y tengo un mal sueldo. Lo demás, va bien. Aprendo harto cada día.
Entonces intento de nuevo enfocarme cada noche en lo que estoy aprendiendo, en estos programitas computacionales que me sacan canas verdes antes de dormir. Cierro los ojos pensando que va a llegar el día en que venza y haga todo perfecto durante el día. Trato de conciliar el sueño eliminando las almohadas de mi cama porque el dolor me carcome. Veo la alarma y para ese entonces ya faltan 5 horas para estar de pie y nuevamente hago pucheros prometiéndome que si alguna vez tengo mi lugar en este mundo, no cometeré esta misma injusticia con mis practicantes.

Siento que he saltado de idea en idea pero espero no haber estado tan enredada al escribir. Ya se me acabó el café así que acabó la terapia.

Solo por curiosidad, la próxima vez que vayan a un restaurant o a un hotel pregunten cuántos practicantes tienen. Duden si les dicen que ninguno. Osen a preguntar el sueldo que les pagan. Tal vez esto, como tanto otros temas, sea un asunto de cambio de mentalidad colectiva. Premiar al que se porta bien, castigar por medio de las ventas, al que lo hace mal.

Ya, voy a hacer algo por mi vida. 

Tal vez otro cafecín y contemplar el anochecer J

Besos, los quiero!