martes, 11 de noviembre de 2014

Brillando en la oscuridad.

Domingo:

 Fue una de esas mañanas es que entrar a un baño luminoso me hizo retorcer todos mis pecados de los últimos meses. No sabía si necesitaba un gatorade o mas horas de sueño.... ¿O un desayuno de campeones?   Agua por montones!!!
Veinte minutos mas tarde manejaba pensando que si o si debía partir a la Filsa; aun en coma, aun cuando la luz taladrara mis ojos  debía ir en busca de mi costosa obsesión:
Libros de cocina!

Hay cosas que aun no sé hacer. Una de ellas es saber cómo llegar en auto a la Estación Mapocho así que me fui con muchos amigos en el metro igual de acalorados que yo. Puedo mentir y decir que fue un viaje placentero.
Puedo mentir aun más y decir que me fui sentada todo el trayecto.

Llegué allá a la hora de almuerzo pensando que todos se marcharían en busca de un plato contundente pero, obviamente, no podría haber estado mas equivocada. El primer golpe bajo fue la fila para la entrada! Estoy casi 100% segura que me dormí de pie por unos cuantos minutos entre el calor y la falta de oxígeno.

¿Se han detenido a ver las reacciones de un niño en navidad? Así lucía yo cuando logré ingresar. Tracé rápidamente un plan de recorrido con la misión de buscar buenos libros. Y es que con el tiempo vas entendiendo que encontrar un buen libro de gastronomía cuesta mas que dar de lleno con un vivaracho disfrazado de  zombie camino a una marcha. Al principio me dejaba encandilar por los colores... las fotos... algunos montajes que me parecían absolutamente modernos a kilómetros interestelares de mis pobres conocimientos gastronómicos. Y mientras escribo a la 1 am.  los observo a mis tres libritos de esa índole en una de mis repisas  y reconozco que les tengo un cariño enorme aunque en contenido sean mas bien pobres que buenos. Huelen a esperanza, me retrortaen a una época de ingenuidad casi total.
Con el pasar de los semestres de estudio fui aprendiendo que menos fotos y mas contenidos era mas que bienvenido.  Que inevitablemente en cocina se cae a la química y que, de ahí a las tazas de café para tratar de entender un proceso, hay solo un paso: Hacia la cafetera. Las fotos, las locas ideas inspiradoras las obtengo de una fusión alocada entre Pinterest e Instagram y una gran cuota de mi cabezota de estambres. Lo que quiero ahora es responder toneladas de "Por qué". Por qué pasan algunas cosas.
Es una glotonería de conocimientos.


Lunes:

Pretendía escribir pero me torturé todo un día con un endemoniado trabajo de Evaluación de Proyectos. De hecho pretendía seguir mi relato de la feria del libro pero creo que iré por una ensalada y a dormir.
¡Ah! Fui a ver a mi matasanos y tengo una lista mas larga de exámenes  que los chicos malos del Viejo Pascuero para realizar el jueves. No me hablen ese día; en ayuno desde las 8 am y mi examen es a las 16:00... obvio que morderé.
Notificados!


Martes:


  ¡Creo que embrujaron mi cama! No recuerdo cuando me quedé dormida y desperté con el pote plástico de mi ensalada de la cena del día anterior en mi almohada a las 6 am.

¿Saben lo que es que un trabajo no acabe nunca? Solucionábamos un problema y emergían 3 más. Dos expresos dobles y una energética gigante y seguía mirando la pantalla con ojos como platos. A medio día ya figuraba despeinada y eso que de verdad intenté domar mis rizos en la mañana. Y es que me tomé la cabeza mas de la cuenta a dos manos. Del maquillaje ni hablar. Mañana presentamos el proyecto de una empresa creada con paneles fotovoltaicos y no sé si mi profesor se va a reír de nosotras, si le irá a gustar, si le saltará el ojo y nos zumbará a preguntas para demostrar nuestras falencias. Llegué a casa arrastrando la cartera. ¿Relato de feria del libro? Blah! Solo para zanjar ese tema diré que de los 4 libros que compré ese día dos están relacionados con gastronomía que pretendo devorar cuando... pues, cuando pueda dedicarme a estar en el pasto sin hacer nada.
Las horas pasaban y lo único que cambiaba era las almitas que pululaban en nuestra mesa como lindas lunas en torno a un planeta. Porque desde las 9 am hasta cerca de las nueve de la noche yo seguía ahí. Estoy convencida que, con dos horas mas al día, pasaré a ser parte del inmobiliario de la U.

Tal vez así me subvencionen las energéticas jiji!

¡Encuentro tan entretenido hacer un proyecto, crear una empresa!  Pero rayos que me saca canas verdes la parte numérica. Encuentro muy interesante tener una idea y hacerla real; cranear de a dónde sacar los fondos, tener una idea loca e intentar por mil caminos llegar a puerto. Entonces los detalles van armando el todo y luego se transforma en una carrera con obstáculos en un tiempo determinado.
Solo queda seguir corriendo y que el profe no se ria ni diga lo peor que nos podría decir "Me han decepcionado"

No ahondaré en esa posibilidad. Pensamientos positivos!


Creo que ando sobre revolucionada entre este trabajo y los otros dos que aun me quedan para la semana, la búsqueda de tercera práctica, el pasado de telas de araña, pedidos varios, planes de escapar de Santiago, casitas de navidad e hilos rojos  que me quedo mirando al mas allá viendo que todo se va desenredando lentamente. Y yo lo quiero todo ahora pero las cosas bien hechas toman su tiempo.

Tiempo.

Siempre pensamos que tenemos mucho tiempo por delante. Nunca tenemos tiempo ahora.

Supongo que necesito abrazar un árbol... dejar de pensar en variantes, en múltiples posibilidades, en platos de la Isla de Pascua mezclados con retazos de sueños.
Si no estuviera tan cansada me pondría a derretir chocolate a baño maría solo por el aroma. He escrito tantas cosas que se me arrancan de este tonto músculo propulsor de sangre con ese aroma...

Esta semana la banda sonora a sido Staind, debe ser por eso que ando media oscilante como un vil péndulo.




'Cause it's always raining in my head
Forget all the things I should have said








No hay comentarios:

Publicar un comentario