Día 44!

Hace un tiempo atrás un profesor nos contó que lo mejor que podíamos hacer si manejabamos un restaurant y veíamos a uno de nuestros trabajadores enfermo, preocupado o notoriamente distraído por algo, era destinarlo a una tarea de poco riesgo o de frentón ofrecer el día libre. Yo estaba pensando en mis hermanas y sus super tostados de sonrisas radiantes mientras laminaba paletilla en esa máquina mostruosa de carniceros a la que, hasta antes de venir, evadí con todas mis fuerzas. Ese cuchillo que gira es digno de pesadillas. Y zuuuum zuuuumm yo sacaba láminas de ese jamón parecido al serrano (que me perdonen los españoles si no tienen nada de similar) totalmente ida en un bajón mañanero de esos que hasta extrañas el pan con palta y el encabezado de La Cuarta. Zuuuuum zuuuuuuum... y otra lonjita de paletilla caía cual pétalo de ciruelo en flor llevado por el viento. Zuuuum zuuuuuum... y yo pensaba totalmente abstraída que sería genial estar con ellas en un día de sol o en un asadito familiar con mi papá y con toda la tropa en casa. Zuuuum zuuuuuuuuum... Mi amiga imaginaria alcanzó a gritar agudo pero ya era demasiado tarde. comprendí las palabras de mi profesor. Perdí una lonjita de mi dedo insultador!!! Estoy bien, eh? Me curaron en el hotel y ando con una gran venda gorda en mi dedo de improperios que ahora tiene un trocito menos. Era un buen amigo ese trocito. Rip lonjita! Vuela alto e insulta con estilo gourmet donde quiera que estés!